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«Vístase, que soy masajista sin final feliz»

Profesionales tituladas se someten a situaciones confusas con clientes que pretenden que se termine el servicio con sexo. «Hay mucha prostituta que se oculta tras la camilla», afirman

«Vístase, que soy masajista sin final feliz» abc

t. g. rivas

Está a punto de terminar el masaje relajante al cliente, un jubilado que reposa su cuerpo boca abajo en la camilla. El hombre se da la vuelta, desnudo, y le dice: «Para que sea relajante tiene que ser completo». Virginia, una quiromasajista titulada, sorprendida, le ... explica por las buenas que no se dedica a ese tipo de servicios: «Vístase, que soy masajista sin final feliz». «Me dijo que me pagaba lo que fuera a cambio de que le tocara. No ha sido la única vez que me ha ocurrido», cuenta a este diario.

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