Ana Botella apura sus últimos nueve meses: los próximos retos de la alcaldesa
La regidora quiere cerrar varios temas pendientes durante los meses que le restan al frente de Cibeles
Ana Botella apura sus últimos nueve meses: los próximos retos de la alcaldesa
Ana Botella salió de la sala institucional del Ayuntamiento de Madrid rodeada por una nube de fotógrafos, manteniendo el tipo y la sonrisa, tras aguantar a duras penas la emoción durante el anuncio de su renuncia a ser candidata a la alcaldía en 2015. ... Entró en su despacho con su «núcleo duro» –los tenientes de alcalde Concepción Dancausa, Enrique Núñez y Diego Sanjuanbenito–. Pero no estuvo mucho tiempo: poco después se montaba en su coche oficial camino del Parque Tecnológico de Valdemingómez, donde la esperaba el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
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La alcaldesa siguió con su agenda, y hoy lo hará de nuevo: «Es que tiene mucho que hacer en los nueve meses que le quedan; muchos proyectos en marcha que quiere terminar», señalan sus portavoces. «No va a dejar de trabajar hasta el último día».
El foco se desplaza
Desde luego, podrá hacerlo con menos agobios, porque desde que anunció su decisión, el foco mediático se ha desplazado automáticamente hacia otros objetivos. En los últimos meses, a medida que se aproximaban las fechas de las elecciones, aumentaba la presión sobre Ana Botella: cada acto público al que acudía le asaltaban con la pregunta sobre su futuro. Cada declaración pública que hacía era interpretada en esta línea. Todos los medios vieron en su intervención de abril en el Foro de ABC un arranque de la campaña electoral. Ahora, señalan que para entonces ya había tomado la decisión de no dar esta batalla.
A partir de ahora, a Botella le toca seguir gestionando, con los focos apuntando hacia otra dirección: la persona que le sucederá. «El Ayuntamiento va a seguir funcionando, nadie se va a mover de su sitio, todos están trabajando desde finales de agosto y así van a seguir», insisten.
De hecho, tiene varios frentes abiertos: debe terminar de tramitar el nuevo Plan General de Urbanismo, el que fijará las coordenadas en las que crecerá la ciudad durante las próximas décadas. Tiene que terminar el cambio de gestión llevada a cabo en los servicios de la ciudad, mediante los contratos integrales, que se han traducido en ocasiones en conflictos laborales y en críticas a su calidad, pero que a la vez han reportado importantes ahorros a las arcas públicas.
Botella debe poner en marcha las rebajas en el IBI y en el impuesto de circulación que prometió a los madrileños a partir del próximo año, así como la supresión de la tasa de basuras, que también se paga este ejercicio por última vez. Y tiene que desarrollar los planes de inversión en barrios, con cargo al remanente de Tesorería conseguido en 2013.
Sobre su mesa tiene el problema del arbolado de Madrid: decenas de ramas y árboles caídos durante los últimos meses, y dos fallecidos por esta causa, han puesto en alerta a los responsables municipales, que anuncian acciones inmediatas. Pero falta por conocerse el informe de los expertos sobre el asunto, y las medidas que propongan para el conjunto de la ciudad.
En Madrid, Botella tiene pendiente la reforma de la Plaza Mayor , ya anunciada, que devuelva empaque a este punto visitado por todo el turismo que llega a Madrid. Los trabajos deberían comenzar, si se cumple lo previsto, en enero del próximo año.
El empleo
Ana Botella se ha comprometido a abrir en abril el parque Felipe VI, situado en Valdebebas, y que será el segundo en extensión de la ciudad, después de la Casa de Campo.
En materia económica, las políticas de la alcaldesa se han centrado en las ayudas a los emprendedores, y en realizar cambios legales que hagan más rápido y sencillo el proceso para abrir un nuevo negocio. Ahora, por ejemplo, ya no hace falta contar con licencia para abrir un establecimiento –en el 90 por ciento de los casos–, pero a Botella le falta pasar del papel a la realidad: del cambio en la ordenanza al día a día en la ciudad.
El objetivo que se fijó al llegar a la alcaldía era tomar todas las medidas posibles para ayudar a Madrid a salir de la crisis. Las cifras económicas empiezan a apuntar en esa dirección, aunque aún falta por solucionar el grave problema del paro.
Su situación es insólita donde las haya: durante nueve meses va a ocuparse de la alcaldía sabiendo que no será la próxima en ocupar el cargo. Tiene una ventaja: es probable que Mariano Rajoy no desvele con quién piensa para ese puesto hasta el último momento, lo que le evitará la incómoda situación de verse «ninguneada» por el alcaldable.
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