Llega la plaga del escarabajo

Estos insectos voladores viven en los olmos y, aunque está inactivos durante el invierno, su población puede multiplicarse hasta por cuatro durante el verano, favorecidos por el clima. En primavera, cada hembra planta entre 100 y 400 huevos, pudiendo llegar a dejar hasta 30 detrás de una única hoja. A los pocos días estos huevos eclosionan dando lugar a larvas que empiezan a comerse las hojas, aunque respetando el haz, dejándolas de un color marrón semitransparente. Cuando crecen, la digestión es ya completa, formando pequeños agujeros. La acción corrosiva de estos insectos debilita la estructura del árbol, secándolo y facilitando una posible caída.

Según el Ayuntamiento, contra ellos no se puede realizar ningún tratamiento preventivo «eficaz», por lo que únicamente se les puede combatir fumigando el árbol afectado una vez se ha detectado su presencia. Aunque las galerucas siempre han habitado los olmos de la ciudad, este año se han multiplicado debido al suave invierno y a la cálida primavera.

Su aumento ha sido tal que ahora también afectan a las calles y a las viviendas particulares. Acceden a estas volando, atraídos por las luces del interior y colándose por las ventanas y terrazas que se dejan abiertas para combatir el calor. Aunque no pican ni atacan a los humanos, su presencia resulta bastante molesta, por lo que es necesario matarlos utilizando un spray. Fernando García, vecino del Puente de Vallecas, considera que son bastante «bobos», pues ni huyen ni se esconden, con lo que por ejemplo en una sola rociada pudo matar a «más de cincuenta» de estos insectos.

Relata a ABC que casi todas las viviendas del barrio se han visto afectadas por esta plaga, que también se nota en las calles. «En la avenida del Payaso Fofó prácticamente te van golpeando en la cara». Señala que los insectos están afectando especialmente a las terrazas de los bares, pues molestan a los clientes.

El problema también se extiende a otras zonas de la capital. En Moratalaz, la situación ha provocado que se hayan solicitado medidas fitosanitarias , pero estas no han servido de mucho. Aunque se han fumigado los ejemplares de la zona que están bajo control municipal, no se ha podido actuar sobre aquellos que son responsabilidad de particulares. El resultado es que los insectos pueden seguir creciendo en estos árboles y, como pueden volar, en poco tiempo se expanden al resto.

Para el Partido Socialista de Madrid esta plaga es una consecuencia de la falta de cuidados sobre los árboles de la capital. Jaime Lissavetzky, portavoz del grupo municipal en el Ayuntamiento, solicitaba en declaraciones a ABC que se efectúen dos fumigaciones al año para prevenir estos casos. Además, se reafirmaba en su solicitud de un Plan de Gestión del Arbolado para identificar los ejemplares de la ciudad.

Desde el Ayuntamiento señalan que las galerucas llevan ya tiempo en los olmos de Madrid y que únicamente se ha producido un cierto repunte debido a las condiciones climáticas. En cualquier caso, apuntan, se ha actuado cuando ha sido necesario, fumigando los árboles de las zonas de Moratalaz, Villaverde y Carabanchel.