Una orquesta infantil con instrumentos de reciclaje

El proyecto se pondrá en marcha el próximo curso con niños de entre 6 y 12 años en el colegio «Nuñez de Arenas» de Vallecas y el hogar infantil «Villa Paz» de Pozuelo. La mayoría de los chicos del colegio proceden de familias con problemas económicos y algunos tienen también problemas de integración, como los miembros de la etnia gitana. Los de la residencia vienen de hogares desestructurados, han tenido problemas con los padres –maltrato, abandono– o son huérfanos.

Estos niños recibirán dos horas semanales de clase, impartidas por especialistas, de solfeo y práctica con instrumentos de cuerda y viento. Aunque estas lecciones se darán por separado en cada uno de los centros, cada 15 días todos se unirán para los ensayos conjuntos, de los que saldrá la que ya ha sido bautizada como «Orquesta Ecoembes».

Este proyecto proporciona a los niños una formación musical que normalmente está lejos de sus posibilidades económicas, pues las matrículas de los conservatorios suelen ser bastante caras y el coste de los instrumentos tampoco es precisamente barato. Para solucionar esto, el lutier Fernando Solar les ayudará a fabricar artesanalmente sus propios instrumentos a partir del reciclaje. Así, por ejemplo, crearán un violín utilizando cucharas de madera o brochas para las clavijas; tenedores para el cordal; bandejas de horno para la parte trasera y latas de pintura para la parte superior. Pero, inicialmente, mientras los fabrican, utilizarán los procedentes de una colecta, todavía abierta para que la gente done aquellos instrumentos que ya no utilizan o que se les han roto.

El director del proyecto, Víctor Ruiz, destaca la ilusión de los niños en los actos de presentación de una iniciativa que para ellos supone algo diferente y que les permitirá «darse cuenta de la potencia que tienen cuando buscan un mismo fin todos juntos». Y es que la participación en un proyecto lúdico conjunto como éste favorece su integración y el aprendizaje del trabajo en grupo.

Independientemente de que alguno pueda –¿por qué no?– hacer de la música una profesión, aprenderán una serie de valores –la disciplina y el esfuerzo necesarios para alcanzar el objetivo deseado– que les serán útiles el resto de su vida. Además, su educación musical permite también un mayor desarrollo cerebral que mejora sus habilidades en otras áreas, como la física o las matemáticas.