ANÁLISIS
Los oratorios universitarios no son un privilegio
Las capillas son un servicio inestimable que se ofrece a los cristianos, que siguen siendo una gran mayoría en la Universidad
P. Feliciano Rodríguez Gutiérrez
Como se sabe, el Obispado de Madrid ha aceptado, aunque sin haber llegado al deseable consenso, el traslado de la capilla de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense . La capilla que se clausura , de 200 metros cuadrados (170 del ... espacio de la nave y 30 de la sacristía), era un lugar sagrado pensado para ese fin concreto y desde los orígenes del mismo edificio por el famoso arquitecto Rafael Moneo.
También para ese espacio y con la misma intención religiosa fueron ideadas y realizadas por Francisco López Hernández la originalísima talla del Crucificado que hace conjunto con un valioso bajo relieve en bronce. Este conjunto, junto con la talla de La Virgen del Amor Hermoso, de Ángel Ferrant (obra que fue incorporada a la capilla varios años después), forman un significativo patrimonio artístico cultural que favorece el sentido de lo sobrenatural y el gusto por lo sublime, indudablemente ennoblecedor para la Facultad. Tal capilla era un espacio silencioso y pacificador del que no sólo se beneficiaban los cristianos, y que constituía, además, una expresión de lo que la Iglesia genera: cultura, belleza, espacios de paz y de oración que pacifican el alma. Nada de este patrimonio artístico se puede aprovechar en el nuevo espacio.
Lo de menos es que la nueva ubicación sea, con sus apenas 30 m2, mucho más pequeña. No asombra tanto la pérdida de espacio (que hasta podría ser razonable) sino las verdaderas causas que subyacen en este triste episodio. Es difícil creer que las de espacio, esgrimidas insistentemente por el decano, sean las causas verdaderas. De ser así creo sinceramente que hemos ofrecido, con buena disposición y ánimo de colaborar, soluciones mejores, más baratas y más respetuosas con el patrimonio artístico y con el mismo espacio sagrado. Pero tales soluciones no se han querido aceptar.
Lo cierto es que con la solución adoptada la ganancia de espacio para nuevas aulas va a ser muy relativa en una Facultad y en una zona del campus donde en absoluto se tiene la sensación de que falte espacio. Sensación que pasa a ser certeza si tenemos en cuenta el comunicado de un grupo de profesores, alumnos y PAS, directamente afectados , del pasado 17 de julio, según el cual la Memoria anual del seguimiento del Grado de Historia (aprobada en Junta de Facultad el 15 de febrero de 2013) sentenciaba que «se solucionaría el problema del espacio definitivamente para el curso 2014-2015».
Por tanto, todo parece indicar que el principal y casi único móvil de este proceso es que el decano de la Facultad de Geografía e Historia no quería capilla en su Facultad, y que sólo por la numerosa, espontánea, firme y respetuosa reacción tenida estos días por un buen grupo de universitarios ha tenido que ofrecernos un espacio más digno del que inicialmente ofrecía, para que, al menos, una mínima capilla pudiese ser viable.
Por todo ello creo que es necesario volver a insistir: las capillas en la Universidad no son un privilegio de la Iglesia. Son un servicio inestimable que ofrece ciertamente a los cristianos, que siguen siendo una gran mayoría en la Universidad. Pero lo ofrece también a todos los que libremente lo deseen. Es un servicio que a nadie se impone, pero a todos se ofrece con respeto y generosidad, y con indudables y evidentes consecuencias positivas para la persona y la sociedad.
Los oratorios universitarios no son un privilegio
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