El «top manta» llega al Parque del Retiro
Con el buen tiempo, los vendedores proliferan en el parque, pese a la mala imagen que dan. «Peor son los carteristas», afirman los encargados de las terrazas de la zona
El «top manta» llega al Parque del Retiro
Con el buen tiempo los «manteros» subsaharianos proliferan en el Parque del Retiro . Ayer al mediodía había una quincena de tenderetes en los que ofrecían su mercancía en la entrada principal: la situada en la plaza de la Independencia. Turistas, deportistas y autóctonos pasaban ... de largo ante los puestos de gafas de sol , bolsos, monederos y cascos, todos ellos productos falsificados de marcas de lujo a los que ellos limpiaban el polvo.
«No molestan, suelen ser siempre los mismos. Al menos así pueden ganarse unos eurillos para comer», explicaba a ABC Tomás, que regenta un quiosco en plena avenida de Méjico. «Hace tiempo había muchos más».
Los visitantes hacían fotos adentrándose en el recinto, de espaldas a los «manteros» , para sacar imágenes de la Puerta de Alcalá, Cibeles y su entorno. «Hombre, yo reconozco que dan mala imagen pero no hacen daño a nadie. Se ganan la vida», aseguraba el responsable de una terraza.
«La Policía Municipal está siempre al acecho y ellos con el ojo avizor para que no les incauten sus productos . Algún día va a ocurrir una desgracia y les va a atropellar un coche, porque cuando ven aparecer a los agentes huyen y cruzan la calle sin mirar», agregaba María, otra comerciante de la zona.
Cuando les requisan la mercancía, deben comprarla de nuevo y sufren los abusos de los «intermediarios» al no tener dinero, aseguraba a ABC un comerciante español, que se confesaba amigo de los vendedores ambulantes.
«Ellos adquieren los productos a los chinos de Lavapiés o de Cobo Calleja y pagan, por ejemplo, 12 euros por un bolso que luego venden a 15 euros. Ese es el margen que obtienen de beneficio». Si les decomisan el material o les cobran más o les recortan las ganancias, con lo que pierden dinero, indicaba. A los ciclistas, turistas o paseantes ayer no parecía molestarles la presencia de los «manteros». «¡Hombre, yo me he fijado hoy tal vez porque nunca he venido a estas horas a correr, pero me da igual».
«Hoy el día es malo. No he venido nada. Las mejores semanas puedo obtener 150 euros, pero por desgracia eso no suele ocurrir con frecuencia», se lamentaba Mustafá, de 44 años, natural de Senegal, junto a su puesto de monederos y bolsos pequeños. «Así malvivimos. Yo me quiero ir de España. Quiero trabajar, soy albañil, me quedé en paro, tengo todos los papeles en regla y a mi familia en mi país, a la que tengo que mandar dinero cada mes», aseveraba. Lo mismo decían sus compañeros, la mayoría compatriotas o de Gambia. «No nos gusta pedir, pero esto no funciona. La crisis...», decían.
Los encargados de las terrazas del paseo se quejaban de las carteristas rumanas y de los descuidemos. «Esos sí que hacen el agosto con los pobres turistas. A las primeras no las dejamos ni que se acerquen; las echamos», sentenció.
Ver comentarios