Los olvidados de Nochevieja
Antes de la crisis, pocos sacrificaban el cotillón, ahora muchos llegan a fin de mes por trabajar en la última noche del año
JAVIER CALERO SÁNCHEZ
Noche del 31 de diciembre : cena con la familia, las 12 uvas y el cava, fiesta con barra libre entre amigos, posibles nuevos romances y churros con chocolate. Pero la ciudad no se detiene por completo. Médicos y enfermeros, limpiadores, taxistas o barmans ... trabajan para que Madrid sea una fiesta y no un funeral.
Aunque no les agrade abandonar a sus familias, se sienten privilegiados: tienen empleo y además cobran más que en cualquier otra noche. Con la crisis , lo que antes era un suplicio, ahora es una oportunidad.
Plaza de Legazpi al mediodía . Un grupo de taxistas espera su turno en fila con un bocadillo en mano. De los seis, solo uno, el más joven, confirma que trabajará en Nochevieja. La noche del 31 no podrá festejarla con su novia, cenará un tupper de albóndigas y se tomará las uvas en su taxi estacionado en Callao. Sin embargo, Justo González presume de poder conseguir 110 euros en una sola noche gracias al suplemento por servicio de 6,70 euros, cuando en una jornada cualquiera no pasa de los 40.
Antes de la crisis pocos taxistas sacrificaban el cotillón a cambio de ganar unos euros de más. «Hoy somos muchos los que al trabajar en Nochevieja o en el día del Orgullo , salvamos el mes», asegura González, que recuerda el desenfreno de estas fechas con anécdotas como cuando llevó a un rabino del aeropuerto a una sauna gay.
«Incluso recibes propinas»
César Ramírez, natural de Venezuela, tampoco descansa el día 31 pese a tener mujer e hijos pequeños. Va a ser su séptima Nochevieja trabajando, tantas como años lleva en el sector. Coincide con González en que 16 horas en su taxi este día «vale la pena» y recuerda que una vez sumó hasta 30 suplementos —201 euros—. «Es una fecha especial en la que incluso llegas a recibir propina », dice Ramírez, y rememora una Nochevieja en la que una pareja anciana esperaba con desesperación un taxi próximo a la estación Atocha. «Poco antes de las campanadas y debían ir a Alcalá de Henares con la familia, se mostraban tan agradecidos por haberles acercado que me premiaron con 20 euros».
«Puedo ganar en una Nochevieja casi lo mismo que en dos días laborables », calcula Ramírez. Las prisas, aglomeraciones y excesos propician el mayor uso del taxi. Frente a esta opción, el autobús público parece menos atractivo cuando la cadencia del servicio nocturno de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) es de 45 minutos —de 22:30 a 00:45 horas— y de 25 minutos el resto de la noche. «La oferta es ligeramente inferior a la de un sábado normal», apunta la compañía de transportes.
Los conductores del bus nocturno también reciben una prima económica y, además, en determinados casos, un día libre extra. Pese a ello, «apenas hay voluntarios para esta noche, por lo que son los fijos, que no tienen libranza en esa jornada, quienes conducen la mayoría de los autobuses», señala la EMT.
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