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La Nochevieja de los inmigrantes, entre el folclore y la nostalgia

Quemando monigotes o comiendo lentejas. Medio millón de inmigrantes vive en Madrid. Muchos celebrarán la Nochevieja como en sus países de origen

guillermo d. olmo

Según los datos del Gobierno Regional, más de 567.000 inmigrantes viven en la ciudad de Madrid. Muchos de ellos celebrarán la Nochevieja tal y como hacían en sus países de origen. Para ellos, en estas fechas lo que prima es la nostalgia. Les hemos preguntado a algunos de ellos como celebrarán la noche de fin de año y nos hemos encontrado con una amplia variedad de menús y costumbres. -WAGNER (REPÚBLICA DOMINICANA):

Wagner Feliz Segura lleva 10 años viviendo en España. En todo este tiempo no ha regresado nunca a la República Dominicana , de donde procede. Dice que de este año no pasa. «En 2011 voy seguro». Aunque, de momento, la Nochevieja la pasará lejos del hogar y los fogones maternos, que quedaron allá en la provincia dominicana de Bahoruco , Wagner cuenta que todos los años intenta celebrar el fin de año igual que lo hacía en su tierra natal.

Él resume así su modo de festejar: «La familia se pasa el día comiendo y bebiendo cerveza o güisqui, y cuando llega la noche se cena un plato típico llamado zancocho». Mañana, en la casa de Wagner y su mujer en Madrid también habrá zancocho, un plato bien contundente, consistente en una mezcla de carne de pollo, de cerdo, platanos macho y yuca. Por lo visto, lo sirven en la zona de Cuatro Caminos , pero probablemente el de la madre de Wagner no admita comparación.

Wagner por ahora se mantiene impermeable a las tradiciones españolas, no así su mujer, que ya ha obtenido la nacionalidad española y que le ha cogido el gusto a eso de las doce uvas. «Yo no

En República Dominicana comen cenan zancocho, una mezcla de pollo, cerdo, platanos macho y yuca.

las como porque me atraganto», cuenta Wagner. -GABRIEL (CHILE): Gabriel Jéldrez es chileno y vive desde hace cuatro años en Madrid. Según cuenta, para él esto de las fiestas no es muy importante. De hecho, cuando se le pregunta si añora su familia en estas fechas dice sin dudar que no. Pero su testimonio ayuda a detectar las diferencias entre la celebración de uno y otro confín del mundo. En República Dominicana sí que llegan los Reyes Magos el día 6 de enero cargados de regalos para los niños. En Chile, recuerda Gabriel, no. «Es en la noche del 24 de diciembre cuando los niños reciben los regalos de Papá Noel , aunque allí lo llamamos el viejito pascuero».

En Chile, lo tradicional para la cena es una generosa ración de cordero, pavo o, a veces, vaca. No ha llegado allí la española costumbre de las uvas. «Lo que sí hacemos a las doce de la noche de año nuevo es comernos doce cucharadas de lentejas». Probablemente esta costumbre se instaló en Chile con la masiva inmigración italiana que llegó al país entre los siglos XIX y XX. No es esta de las lentejas la única influencia italiana. «Allí comemos una cosa que llamamos pan de pascua y que es muy parecido al "panetonne" italiano». Otra de las costumbres de la Nochevieja que recuerda divertido el expatriado Gabriel es la de vestir ropa interior amarilla en esa noche. «Se supone que si lo haces tendrás un buen año en lo amoroso». - TARIK Y KAOUKAB (MARRUECOS):

Tarik es musulmán, así que el año no empieza ahora para él . La verdad es que no parece hacerle mucho caso ni a eras ni a calendarios: «En Marruecos me parece que están en el año 1427, pero no me lo sé muy bien», reconoce. Tarik, como vecino de Madrid que es, también celebrará la Nochevieja. «Yo cenaré en casa de mi novia, que es española, con sus padres». En la mesa, según cuenta, habrá langostinos, carabineros y demás ricas viandas. En la cocina y en la mesa colaborarán todos.

También tiene pasaporte marroquí, Kaoukab Ahamjek , aunque él no se reconoce en esa nacionalidad: «No soy marroquí, yo nací en Alhucemas y soy rifeño», cuenta a quien quiera escucharlo. Kaoukab también tendrá jarana la noche de fin de año, a pesar de que el año que se acaba no es el de su calendario. «Para mí esa noche es para salir de fiesta. La cena la haré con mis compañeros de piso y no será nada especial, pero por la noche quedaré con unos amigos para salir de marcha».

- JUAN CARLOS HERRERA:

Cerraremos nuestro recorrido por las nocheviejas foráneas que se celebran en Madrid con Juan Carlos Herrera , ecuatoriano, nacido en la ciudad de Loja y que lleva ya diez años en España. A Juan Carlos, uno más en este gran Madrid de almas anónimas, estos días se le hacen un poco duros. «No estás con los tuyos, no puedes celebrar con ellos y te entra la nostalgia». Juan Carlos rememora una de las tradiciones más características de su país, una que recuerda bastante a algunas españolas, como la de las Fallas valencianas. «Allí cada familia hace un monigote que represente algo malo del año que se acaba y en la noche de fin de año se le prende fuego. Puede ser la figura de un político o de algún familiar que se ha portado mal ese año». Cuando el muñeco arde, los miembros de la familia y los amigos saltan sobre la hoguera, como se hace en España en la noche de San Juan . Lo de los monigotes tiene tal arraigo en Ecuador que incluso hay

En Ecuadro queman unos monigotes, como en las Fallas

concursos para elegir al mejor.

¿Y qué pasa con los familiares que son representados porque «se han portado mal»?, ¿no se molestan? Dice Juan Carlos que no: «Es una cosa en plan de broma, todo el mundo se lo toma con buen humor». No habrá monigotes en la despedida de este año para Juan Carlos. Quizá sí regalos de los Reyes Magos , figuras desconocidas en Ecuador, y que quizá dejen algo aquí en España para que Juan Carlos sobrelleve mejor su melancolía.

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