Lotería de Navidad 2012: Los décimos que compres en la calle son válidos y legales... si el vendedor está autorizado
Los vendedores ambulantes han de estar identificados y validados por una administración para poder ejercer su labor. Y pueden establecer un recargo por cada boleto
d. casado
En la Puerta del Sol, en el Metro, en bares o a la salida de los toros: cualquier lugar es bueno para comprar Lotería de Navidad . Es igual de válida y legal que la que se despacha en la ventanilla de cualquier administración. Siempre ... que el vendedor ambulante esté autorizado.
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Los vendedores callejeros son casi tan antiguos como la propia lotería. Tradicionalmente solían ser personas que necesitaban complementar sus ingresos con la ayuda de los compradores, que les pagaban además «la voluntad». Incluso el Estado indicaba en sus normas que la concesión de vendedor ambulante se daría «a personas necesitadas y de buena conducta», rezaba su norma de 1956.
El vendedor ha de mostrar su autorización si se le pide
Hoy, la tradición se mantiene, aunque con la Ley del Juego que entró en vigor en 2011 su situación se ha formalizado algo más: Loterías y Apuestas del Estado (LAE) obliga a cada administración a habilitar a sus vendedores, solicitando un alta con el DNI y dos fotografías del vendedor propuesto, además del certificado de penales y de un certificado de empadronamiento.
El vendedor ambulante oficial se caracteriza por tener un permiso oficial de LAE en vigor, que ha de enseñar al comprador en el caso de que se lo solicite . Junto a ellos se sitúan muchos «pícaros» que no cuentan con ninguna habilitación por parte de Loterías, pero que también hacen negocio. Al consumidor le compete decidir si se fía o no de los décimos que le pueda ofrecer uno de estos vendedores «piratas», que no suelen ser molestados por la policía a no ser que causen algún problema de orden público.
Y, aunque todos venden boletos de muchos lugares, el vendedor solo puede repartir lotería de la administración para la que está autorizado. Es frecuente que también tengan de otros comercios más famosos, por la costumbre existente en el sector de intercambiar lotería entre ciudades.
¿La voluntad, dos o tres euros?
Los vendedores ambulantes añaden un sobrecargo al décimo para obtener un beneficio en la transacción. Normalmente suele ser del 10% del precio del boleto (para Navidad, 2 €). En realidad es «la voluntad», a la que pone un precio fijo.
Sin embargo, este sobreprecio puede variar según sorteos e incluso depende de los días: es habitual ver en la Puerta del Sol (el lugar con más puestos ambulantes por metro cuadrado) cómo unos años los décimos de la calle cuestan 22 € y otros 23 € , precio que incluso puede bajar en las últimas horas del día 21 de diciembre.
«Que fijen el sobreprecio es algo que está avalado por los letrados», apunta Manuel Izquierdo, presidente de la Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administradores de Loterías (Anapal). Izquierdo apunta que el perfil de vendedor está cambiando y que cada vez es más difícil encontrarlos.
«Ahora escasean los vendedores ambulantes. Hace años se dedicaban a ello personas con algún impedimento físico, jubilados, viudas... hoy hay incluso mucha gente joven. La necesidad obliga», explica.
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