«Pasadas 48 horas solo aparecen vivos el 10% de los ancianos que desaparecen»
En lo que va de año, la lista de personas en paredero desconocido sumó 15 casos en Galicia
«Pasadas 48 horas solo aparecen vivos el 10% de los ancianos que desaparecen»
Un millar de personas desaparecen al cabo del año en España. Se trata, en la mayoría de los casos, de desapariciones que se resuelven antes de las 72 horas y de manera «positiva». O lo que es lo mismo, el desaparecido aparece sano y salvo. ... En este cajón estarían las marchas voluntarias de adolescentes, las provocadas por una disputa, algunos casos relacionados con la violencia de género o las idas involuntarias a causa de problemas psicológicos. Pero no todas las denuncias que se formulan acaban yendo a parar a la montaña de casos resueltos. Siempre queda un remanente de desapariciones sin resolver, abocadas a ser archivadas por falta de pruebas.
En el caso gallego, incógnitas como la que pesa sobre la desaparición de Sonia Iglesias o de María José Arcos tienen en jaque a los agentes desde hace años. A la primera de ellas se le perdió la pista de camino a su trabajo, hace ya cuatro años . Su pareja sentimental está imputada en la causa, pero ni las indagaciones de los agentes ni la lucha incansable de su familia han logrado dar con el paradero de la joven. La de María José Arcos es una historia paralela. Desapareció en 1996 y hubo que esperar quince años para que un juez ordenase la entrada en prisión de su pareja. Se cree que María José pudo ser víctima de un asesinato , aunque el cuerpo nunca apareció. Su familia lo tiene claro. «Sin cuerpo no hay delito, ni culpables, ni descanso para los que la queremos», afirman.
La punta del icerberg
Las circunstancias en las que se produjeron estas desapariciones propiciaron que las caras de Sonia y María José fuesen habituales en los medios de comunicación. Pero ellas solo son la punta del iceberg. En los dos primeros meses del año, alrededor de 15 personas desaparecieron en Galicia. Algunas de estas marchas tuvieron una resolución trágica, como la del joven vigués que fue hallado muerto días más tarde en una carretera cerca de Peinador. Otras siguen sin solución.
Desde la asociación «Sos Desaparecidos Galicia» alertan de una realidad ligada con el incremento en el número de personas que están en paradero desconocido en la Comunidad. Según el presidente regional de esta plataforma, Juan Carlos Ramos, «son alarmantes las desapariciones que se están produciendo en personas de más de 75 años que tienen problemas de Alzheimer». Una cuestión con especial incidencia en Galicia, con una población muy envejecida, que se agrava al comprobar las cifras de resolución y el carácter de las mismas. Y es que, «pasadas las primeras 48 horas, solo aparecen vivos un 10 por ciento de los ancianos que desaparecen».
Horas cruciales
Conscientes de que las primeras horas son cruciales para que la denuncia tenga un desenlace positivo, desde esta plataforma apuestan por agilizar los operativos de búsqueda en los casos protagonizados por niños o por mayores con algún tipo de problema de demencia senil. «Si hacemos un repaso a la prensa de los últimos meses en Galicia, vemos que de los últimos ancianos desaparecidos no ha habido resoluciones positivas en ningún caso, y los que se han resuelto ha sido porque ha aparecido el cuerpo», insiste Ramos García.
La experiencia de policías y guardia civiles también señala en esta dirección. Tanto, que en la mayoría de ocasiones los mayores suelen ser localizados muy cerca del lugar donde se perdieron. «En algunas situaciones es sorprendente porque se tarda en encontrarlos y cuando aparece el cadáver estaba a 500 metros de su vivienda porque lo normal en estas circunstancias es que no se alejen mucho», atestigüa Ramos.
«Alertas Amber»
En el caso de los niños, el más sensible de todos, la urgencia es máxima y recibe el nombre de «Alerta Amber». Esta nomenclatura hace referencia a un protocolo muy extendido en el resto de Europa que implica que los operativos de búsqueda se activan de inmediato. La plataforma «Sos desaparecidos» fue la primera en usarlo en España ante la falta de un mapa de actuación definido. «No hay un protocolo real para casos de desapariciones. Sabemos que las autoridades hacen lo que pueden y que en muchos casos están desbordadas, pero la sensibilización debe ser mayor», indica el presidente gallego de la asociación. En esos primeros momentos, además, las redes sociales son fundamentales.
Prueba de ellos son las alertas por Twitter que ya envían algunos organismos oficiales. Un instrumento muy útil «siempre que se controlen bulos y mentiras», apuntan. Eso sí, para publicar una ficha alertando de la desaparición de alguien es preciso realizar una denuncia previa y contar con el visto de bueno de las familias. «Esto es muy importante cuando estamos hablando de menores porque, en Galicia, el cincuenta por ciento de la desapariciones de menores son debidas a problemas o reyertas en el ámbito familiar, por lo que en muchas ocasiones no se llega ni a poner la denuncia», aclara Ramos.
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