Von der Leyen propone un plan de defensa para movilizar hasta 800.000 millones de euros

La presidenta Ursula von der Leyen explicó este martes, en un comunicado leído, el contenido de su carta al Consejo Europeo ante la reunión prevista para mañana y en la que los europeos están obligados, sobre todo, a demostrar su cohesión y unidad ante la ruptura del consenso con Estados Unidos.

En este sentido, en la tarde de este martes se supo que el presidente francés, Emmanuel Macron, había invitado al primer ministro húngaro Viktor Orbán a Paris para tratar de convencerlo de que deponga su situación de rebeldía y sus anunciados planes para vetar el apoyo a Ucrania en la crucial reunión del jueves.

Francia por parte de la UE, junto al Reino Unido, ha estado facilitando los contactos en distintas direcciones para gestionar el apoyo a Ucrania ante la posición norteamericana y en ninguna de ellas había invitado a Orbán, cuyas posiciones prorrusas son bien conocidas, precisamente para no dañar la imagen de unidad. Este había enviado ya una carta al presidente del Consejo, António Costa, en la que propone que la UE sea la que entable negociaciones con el dictador ruso Vladimir Putin y anunciaba que vetaría las decisiones de apoyo a Ucrania en la cumbre.

Ahora, el apoyo del húngaro es imprescindible para que se pueda aprobar el plan de rearme de Europa de Von der Leyen, que propone como primera medida «dar rienda suelta al uso de la financiación pública en defensa a nivel nacional» para lo que, según ha dicho en la lectura de su comunicado, «en breve propondremos activar la cláusula de escape nacional del Pacto de Estabilidad y Crecimiento lo que les permitirá aumentar significativamente sus gastos de defensa sin activar el procedimiento de déficit excesivo».

Tradicionalmente, la UE no se ha involucrado nunca en la financiación de las fuerzas armadas, porque el campo militar es uno de los que desde su fundación han permanecido en la zona de la sacrosanta soberanía de los países. El Banco Europeo de Inversiones (BEI), que va a jugar un papel esencial en este momento, tiene en sus estatutos incluso una cláusula que le impide financiar armas ofensivas y hasta ahora solo ha aceptado protyectos que incuyen armamento específicamente defensivo.

Con esta propuesta no solo se rompe definitivamente este tabú sino que se busca una adaptación rápida a la nueva realidad global. Sin embargo y a pesar de que en esta legislatura se ha creado también el puesto de comisario de Defensa, el mensaje de Von der Leyen pidiendo el rearme de Europa, se dirige específicamente a los dirigentes de los propios países, que son los que han de aprobar su puesta en marcha acelerada, mientras desde el ángulo comunitario se quiere utilizar como palanca la legislación del mercado interior para favorecer el desarrollo de industrias militares comunitarias o la asociación de las que existen a escala nacional.

La presidenta, que antes de ponerse al frente del Ejecutivo comunitario fue ministra alemana de Defensa, ha propuesto también un nuevo instrumento financiero parecido al fondo de recuperación y que podría proporcionar hasta 150.000 millones de euros en préstamos para la inversión en defensa, pero en este caso para inversiones conjuntas. Ella misma lo ha definido como un mecanismo por el que se puede optimizar tanto el gasto como las inversiones en la industria militar europea, que es el objetivo principal de estos créditos.

«Se trata básicamente -ha dicho- de gastar mejor y gastar juntos» en defensa aérea y antimisiles, sistemas de artillería, misiles y municiones, drones y sistemas antidrones» entre otras cosas, con la idea de que este dinero «ayude a los Estados miembros a agrupar la demanda y a comprar juntos» y reduzca los costes, incluyendo para las compras del material que se envíe directamente a Ucrania. Es decir, que el objetivo es «fortalecer nuestra base industrial de defensa», lo que da a entender que también se pretende concentrar en lo posible las compras de armas en las fábricas europeas, como sugieren desde hace tiempo varios países como Francia.

Este país gasta ahora en defensa el 2,1% del PIB y quiere llegar al 3,5% para lo que necesita 27.000 millones de euros, por lo que es previsible que apoyará con entusiasmo el plan de Von der Leyen para emitir más deuda respaldada por el presupuesto de la UE, pero siempre que se dedique preferentemente para las fábricas europeas. Alemania, sin embargo, que aún tiene una situación fiscal más desahogada, ha hablado de planes propios de más de 400.000 millones en refuerzo de sus capacidades militares.

Se considera que el refuerzo rápido y masivo de los medios de defensa antiaérea y antibalística representa, sin duda alguna, la cuestión más urgente para proteger a Europa de eventuales ataques rusos. Sin embargo, la necesidad primaria de los ucranianos son ahora mismo las municiones para resistir. En cuanto a los proyectos europeos de comunicaciones estratégicas por satélite, que es uno delos programas que ya está en marcha, se sabe que no estará desarrollado antes de 2030, por lo que no puede ofrecerse a los ucranianos como alternativa al Starlink que utilizan hasta ahora ty que pertenece precisamente al multimillonario Elon Musk. Todo lo más, los europeos pueden ofrecerle el sistema Govsatcom, que es el que existe actualmente y en el que se coordinan los medios más avanzados de cada país.

Finalmente, la Comisión se abre a utilizar el propio presupuesto europeo para lo que «propondremos posibilidades e incentivos adicionales para los Estados miembros que decidan, si quieren utilizar los programas de la política de cohesión para aumentar el gasto en defensa».

Un medio de este debate, los países discutirán en la reunión del Consejo Europeo del jueves si aceptan o no confiscar los 300.000 millones de euros de activos públicos rusos que están congelados a causa de las sanciones contra el Kremlin. De ese dinero por ahora solamente se utilizan los intereses que producen, unos 50.000 millones al año, pero se debate la posibilidad de confiscarlos, lo que representaría ignorar la legalidad internacional.

Las cantidades que se manejan en este momento no tienen precedentes en los anales europeos. Además de los 150.000 de este vehículo de financiación, la Comisión calcula que si todos los países miembros aumentan de media en un 1,5% del PIB sus gastos militares, «podría crear un margen fiscal de cerca de 650.000 millones de euros en un período de cuatro años», lo que suma en total la astronómica cantidad de 800.000 millones, que de forma simbólica equivale al presupuesto anual del Pentágono.