Vídeo | «No esperábamos que aquellos que decían ser nuestros hermanos empezaran a matar a nuestra gente»
Ciudadanos ucranianos cuentan a ABC cómo vivieron el inicio de la invasión que comenzó hace un año por orden del Kremlin
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Hace un año que empezó la guerra, pero el dolor de los ucranianos que han padecido estos doce meses de invasión no se ha difuminado. Cada uno intenta combatirlo como puede: con rabia y determinación, rezando o aguardando con toda su esperanza que la ... lluvia de misiles y drones pase cuanto antes y la vida se mantenga intacta para entonces. «Estaba sentado en la cama y pensaba en qué podía y debía hacer», cuenta a ABC Eugeniy, de 25 años, al recordar el 24 de febrero de 2022. «Salí afuera, compré un montón de agua y fui al trabajo. Todo el mundo sentía un miedo muy poderoso».
Esa descripción de terror inicial se reproduce en los testimonios recopilados por ABC, que describen el golpe que supuso para los ucranianos descubrir lo que estaba pasando por culpa del Kremlin y de los desvelos imperialistas de su líder, el presidente ruso, Vladímir Putin. «Estaba en casa y no podía creer que algo así sucediera en el centro de Europa», explica Irina, de 36 años. «No esperábamos que aquellos que decían ser nuestros hermanos hubieran empezado a matar a nuestra gente y a ocupar nuestro territorio», lamenta Anatoli, secretario del Ayuntamiento de Zaporiyia.
«Al principio estaba asustada, pero después entendí que muchas cosas dependían de mí. Por eso no dejé mi trabajo y en los primeros días empecé a evacuar a niños a lugares seguros», cuenta Natalia
El miedo es paralizante, pero, si se convierte en rabia, puede despejar el camino que conduce al heroísmo. «Al principio estaba asustada, pero después entendí que muchas cosas dependían de mí. Por eso no dejé mi trabajo y en los primeros días empecé a evacuar a niños a lugares seguros», explica Natalia, de 44 años. «Sacamos a 800 de Zaporiyia», resume. «Conseguimos lugares seguros para todos. Ahora, en el aniversario de la guerra, siento que vamos a ganar. Estoy segura de que hice bien quedándome aquí». Se trata de una reacción que también conoce Galyna, de 35 años. «Primero sentí rabia y enfado, pero nosotros, los ucranianos, pudimos transformarlos para que nos dieran fuerza».
Un año más tarde, después de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, se encontraran hace unos días en Kiev, el apoyo de Occidente a Ucrania sigue siendo poderoso.
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