Trump se atreve con el voto de las minorías raciales, bastión de Biden

Trump sabe que el próximo noviembre no ganará en el Bronx (en 2020, solo consiguió el 16% del voto), ni en el estado de Nueva York, pero eso no importa. El objetivo era plantarse con descaro en un enclave paradigmático de las minorías raciales de EE.UU. para no renunciar a un electorado que su rival, Joe Biden, necesita.

No solo es que no renuncie. Es que está ganando un terreno que podría ser decisivo en la elección. «La gente está despertando», aseguraba a este periódico Gina Domínguez, inmigrante dominicana, criada en este barrio, mientras hacía la cola para entrar al mitin. Se refería al creciente apoyo que tiene Trump entre las minorías raciales. Pese a perder en 2020, el multimillonario neoyorquino mejoró sus resultados en estos electorados frente a las elecciones que ganó en 2016. En el voto negro, pasó de un 8% a un 12%. En el hispano, de un 28% a un 32%. En el mismo Bronx, pasó de tener un 9,5% a un 16%. Ahora, una encuesta reciente del 'Washington Post' le da un apoyo a nivel nacional entre la minoría negra del 14%. Pero hay algo realmente peligroso para Biden: el voto negro de Trump se dispara hasta un 20% en la media docena de estados clave -Pensilvania, Michigan, Georgia, Arizona, Nevada y Wisconsin- donde es probable que se decida la elección, según un sondeo de 'The New York Times'. Desde los años sesenta, ningún candidato republicano a la presidencia ha conseguido esos niveles de apoyo.

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La entrada al mitin de Trump fue caótica. Había miles de personas haciendo cola, en una tarde de bochorno, para ver al candidato. El Servicio Secreto solo instaló media decena de arcos de seguridad y el tapón fue monstruoso. La gente se saltaba las vallas, gritaba «¡dejadnos entrar!», hubo nervios y empujones. «Va a ganar seguro, debe haber cien mil personas aquí», decía uno de los voluntarios para tranquilizar a quienes hacían cola. Era una exageración, que podría haber firmado su líder. Una vez dentro, había mucho espacio y se podía ver al candidato de cerca, en un lugar con una capacidad para 3.500 personas.

«La gente lleva haciendo colas dos días», dijo Trump, en otra exageración, desde el podio, rodeado de pancartas de 'No te rindas nunca' con su cara. El expresidente incluyó alguna novedad estridente en su discurso, como cuando dijo que los inmigrantes indocumentados «están preparando un ejército» para ir contra los estadounidenses «desde dentro». Pero, sobre todo, adaptó las líneas centrales de su mensaje a los votantes de las minorías raciales. Sobre criminalidad, reafirmó su respaldo a las fuerzas de seguridad, algo muy importante en barrios como este, donde los demócratas pedían «recortes» e, incluso, «abolición» de la Policía en las protestas de 2020 por la muerte de George Floyd, un caso de abuso policial a un ciudadano negro. «Los negros, hispanos y asiáticos son quienes necesitan la protección de la Policía más que nadie», dijo Trump, ovacionado.

El expresidente también se refirió en innumerables ocasiones a la llegada masiva de inmigrantes indocumentados a ciudades demócratas como Nueva York, que han ahogado las arcas municipales. «El mayor impacto negativo» de la inmigración, dijo Trump, se lo lleva «nuestra población negra e hispana, que están perdiendo sus trabajos, sus viviendas y todo lo que pueden perder».

«Que Trump venga aquí es importante para que la gente del Bronx preste atención a la política, para que piense por qué las cosas aquí no cambian», explicaba a ABC Lou Valentino, un vecino joven del Bronx. «No podemos seguir votando a los demócratas y que nada cambie».

Biden buscó reaccionar con un anuncio de campaña en el que acusa a Trump de ser racista. Al mismo tiempo, uno de los principales ganchos demócratas en el electorado negro, la ex primera dama Michelle Obama- se ha embarcado en una gira de verano por todo el país para llevar a los votantes jóvenes a las urnas.