Un tribunal ruso prorroga la detención de la periodista Alsu Kurmasheva hasta el 5 de diciembre
Kurmasheva es la segunda periodista estadounidense detenida y acusada en Rusia desde el inicio de su guerra
¿Qué se sabe de la periodista Alsu Kurmasheva, detenida por Rusia acusada de ser un 'agente extranjero'?
Sigue la última hora sobre la guerr entre Rusia y Ucrania
Alsu Kurmasheva
Un tribunal de Rusia ha prorrogado este hasta el 5 de diciembre la detención preventiva de la periodista ruso-estadounidense Alsu Kurmasheva acusa de infringir la legislación rusa sobre agentes extranjeros.
Alsu Kurmasheva es periodista en Praga de Radio Free Europe/Radio Liberty (RFE/ ... RL), financiada por el Congreso de Estados Unidos y designada por Rusia como agente extranjero, lo que significa que recibe financiación extranjera para actividades consideradas políticas.
El abogado de Kurmasheva, Edgar Matevosyan, declaró a Reuters que consideraba la decisión del tribunal de Kazán «demasiado dura» y manifestó su intención de recurrirla.
Kurmasheva es la segunda periodista estadounidense detenida y acusada en Rusia desde el inicio de su guerra en Ucrania, que ha hundido las relaciones entre Moscú y Washington a su nivel más bajo en más de 60 años.
Tras la detención en marzo de Evan Gershkovich, periodista del Wall Street Journal, acusado de espionaje, que él niega, casi todos los demás periodistas estadounidenses abandonaron Rusia. Washington ha instado repetidamente a otros estadounidenses a marcharse.
El Departamento de Estado de Estados Unidos declaró la semana pasada que el proceso contra Kurmasheva parecía «otro caso de acoso del gobierno ruso a ciudadanos estadounidenses». El Kremlin lo negó y calificó el comentario de inapropiado.
Kurmasheva, que tiene pasaportes estadounidense y ruso, entró en Rusia el 20 de mayo para atender una emergencia familiar, según RFE/RL. Mientras esperaba su vuelo de regreso el 2 de junio, fue detenida y se le confiscaron los pasaportes.
Fue multada por no registrar su pasaporte estadounidense ante las autoridades rusas, y acusada la semana pasada de no registrarse como agente extranjero, un delito que conlleva hasta cinco años de prisión.
El término «agente extranjero», que tiene connotaciones de espionaje propias de la Guerra Fría, se ha aplicado en Rusia a organizaciones, periodistas, activistas de los derechos e incluso artistas, y conlleva un estrecho control gubernamental y una montaña de trámites burocráticos.
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