Los sindicatos prolongan su desafío a Sarkozy con una nueva jornada de huelga

La protesta será el día 23. El presidente no cede y avanza matizaciones en puntos sensibles de la reforma de pensiones

efe

juan pedro quiñonero

Se prolonga el “duelo” y prueba de fuerza entre Nicolas Sarkozy , que no cede en lo esencial de su reforma del sistema nacional de pensiones, y los sindicatos, que convocan una nueva jornada de protesta y manifestaciones, el día 23 de este mismo ... mes.

Tras el consejo de ministros, el presidente de la República distribuyó un breve comunicado, “moviendo la ficha” de la posición gubernamental, tras la jornada de protesta del martes, que movilizó entre 1,1 y 2,5 millones de funcionarios en toda Francia.

Sarkozy no cede y avanza matizaciones en cuestiones esenciales. Para el presidente, el paso de la edad de jubilación de los 60 a los 62 años es sencillamente intocable, cuando se generaliza, en Europa, la jubilación a los 65, 67, incluso 68 o 69 años. La jubilación oficial a los 62 años, en el proyecto Sarkozy, está matizada y es muy flexible: quienes deseen trabajar más tiempo, podrían hacerlo; para cobrar la plena pensión será necesario haber cotizado 41 o 42 años; la jubilación a 65 o 67 años será prácticamente indispensable para cobrar una pensión plena.

Lección aprendida

Sarkozy avanza nuevas proposiciones en terrenos sensibles: quienes hayan comenzado a trabajar a edad muy temprana, a los 18 años o antes, podrán jubilarse antes; quienes hayan tenido oficios o profesiones particularmente penosas se beneficiarán de un estatuto particular; en muchos otros terrenos -como la diversidad de modelos de jubilación-, el presidente sugiere posibles negociaciones que no modifiquen lo esencial. Los sindicatos consideran “irrisorias” e “inaceptables” tales proposiciones y han convocado una nueva jornada de protestas y manifestaciones el día 23.

Los sindicatos ven «inaceptable» la propuesta de Sarkozy

Los sindicatos oscilan entre la tentación del diálogo y la tentación de extensión de la crisis. Se presta a algunos sindicatos el deseo de dialogar y aceptar, cuando las secciones de otros sindicatos (los ferroviarios de la CGT, mayoritariamente comunista) parecen estar “piafando” por precipitar una imprevisible batalla campal.

Nadie ha olvidado la gran batalla en invierno de 1995, cuando Jacques Chirac y su primer ministro, Alain Juppé , ya habían presentado un proyecto sobre el sistema nacional de pensiones. Los ferroviarios de la CGT bloquearon Francia durante un largo trimestre, humillaron a Chirac y contribuyeron a precipitar la disolución de la Asamblea Nacional (en 1997) que dio la mayoría parlamentaria a la oposición socialista.

Nicolas Sarkozy tiene bien presente aquella “lección”. Elegido presidente para “romper con el inmovilismo de izquierda (Mitterrand) y derecha (Chirac)”, ve esencial consumar la reforma. Tras cuatro jornadas nacionales de huelga y manifestaciones contra el mismo proyecto, los sindicatos no entierran el “hacha de guerra” y aspiran a prolongar el duelo indefinidamente.

Sarkozy espera que la Asamblea Nacional apruebe el proyecto de ley en un plazo razonable de varias semanas, para poder consumar un cambio de gobierno a finales de octubre. La oposición socialista sueña con la “guerra de guerrillas” parlamentaria. Veremos.

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