Los salvadoreños en el extranjero comienzan a votar al nuevo presidente del país

Se trata de la elección de salvadoreños en el extranjero más importante de todos los tiempos. De acuerdo con datos proporcionados por del TSE, para estos comicios se espera el voto de 741.094 electores, que representa un 40% más que los votos que se esperaban para los comicios de 2021, en las que había inscritos 431,444 salvadoreños con residencia en el extranjero.

El sistema de voto por Internet permitirá a los salvadoreños radicados en otros países votar de forma anticipada durante 30 días seguidos, y está disponible en el sitio oficial del TSE.

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Las elecciones en el país están programadas para el 4 de febrero y 5,5 millones de ciudadanos están convocados para participar en unos comicios en los que se prevé un alto porcentaje de abstención. Los salvadoreños elegirán a los diputados de la Asamblea Legislativa y al próximo presidente de la nación, entre la oferta de seis partidos políticos. Entre ellos, destaca Nuevas Ideas, un partido que en 2019 rompió con el bipartidismo salvadoreño establecido hace décadas entre el izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y la derecha representada por el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena).

Nuevas Ideas postula al actual presidente Nayib Bukele, quien busca una reelección y que obtendría, según las encuestas, un triunfo arrollador con una mayoría parlamentaria y la silla presidencial para cuatro años más. De acuerdo con la última encuesta de CID Gallup, publicada en noviembre de 2023, nueve de cada diez salvadoreños votaría por Bukele. Esto significa que el presidente ganaría los comicios en primera vuelta y su partido obtendría casi la totalidad de los escaños en el Parlamento.

El resto de candidatos, pertenecientes a partidos tradicionales con historiales de mal gobierno y corrupción o a partidos pequeños con poco músculo político, no han sabido hacer una oposición efectiva y su campaña ha sido pobre. Los números lo reflejan. Según la misma encuesta de CID Gallup, el segundo lugar lo ocupa el candidato Joel Sánchez de Arena, con un 3 % de intención de voto, seguido de Manuel Flores del FMLN con un 2 %.

Sin embargo, tanto en el extranjero como en el país, estas elecciones son polémicas. Organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales han criticado la «falta de transparencia y de observación directa de la sociedad civil y partidos de oposición en el proceso electoral».

Además, las elecciones se realizarán bajo una medida de régimen de seguridad, aprobada a finales de marzo de 2022 y que se ha extendido hasta 17 veces. Esta medida forma parte del ambicioso plan de control territorial lanzado por el Gobierno de Bukele para reducir los índices de criminalidad que azotaban a la nación. El plan para combatir a las pandillas ha tenido éxito, reduciendo los índices a mínimos históricos y haciendo de El Salvador la nación más segura de Latinoamérica en cuestión de cuatro años. Dicha medida también se ha convertido en el principal mensaje de la propaganda política de Bukele.

Pero la polémica mayor es, sin duda, la participación del presidente Bukele para una reelección, prohibida por la Constitución. El popular gobernante, de 42 años, es el primer presidente de la etapa democrática salvadoreña que buscará su reelección inmediata. De ganar —algo que las encuestas aseguran con un 60% de intención de voto a Bukele— sería el primero en repetir en el cargo a pesar de que la Constitución no lo permite.

Hasta antes del Gobierno de Bukele, un mandatario debía terminar su período de 5 años y esperar 10 años para buscar nuevamente la Presidencia. Ahora, tras una nueva interpetación de la Constitución por parte de magistrados afines a Bukele, se ha cambiado la interpretación y se ha establecido que la prohibición de la reelección inmediata es solo para un gobernante que haya estado en el poder por 10 años. Hecho que favorece a Bukele y que, entonces, permite su reelección. Esta medida ha sido criticada por toda la oposición. El último antecedente de un presidente que buscó la reelección inmediata en este país se dio bajo la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez, quien gobernó entre 1931 y 1944.

Un dato relevante es que el mismo Bukele, tras llegar a la presidencia salvadoreña en 2019, calificó de «dictadores» a Juan Orlando Hernández y a Daniel Ortega, quienes se pudieron reelegir en Honduras y Nicaragua, respectivamente, a pesar de que sus Constituciones también lo prohibían, pero gracias a resoluciones de cortes constitucionales afines.

La del 4 de febrero y la que llevan a cabo ahora los salvadoreños en el extranjero, es la séptima elección presidencial desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, que marcaron el fin de la guerra civil que El Salvador vivió desde 1980 y que dejó 75.000 muertos.