Saleh parte hacia EE.UU. entre protestas de los yemeníes por su inmunidad
El presidente se ha disculpado por cualquier «fracaso» del que haya sido responsable durante sus 33 años en el poder
mikel ayestaran
El todavía presidente de Yemen, Alí Abdulá Saleh, abandonó el país a media tarde con rumbo a Estados Unidos. Habían pasado tan solo 24 horas desde que el Parlamento aprobara una ley que le otorga la inmunidad, lo que provocó que decenas de miles de ... personas se echaran a las calles de Saná para exigir justicia.
El mandatario se dirigió al aeropuerto y pronunció un breve discurso de despedida muy significativo. Por primera vez desde el inicio de las protestas pronunció la palabra “perdón” y pidió disculpas “a todos los hijos de mi nación, hombres y mujeres, por cualquier error durante mis 33 años de mandato”, incluidos los últimos meses en los que ciertos sectores de la oposición le acusan de dirigir la represión que ha costado la vida a cientos de personas.
Saleh cumple con la hoja de ruta marcada en el acuerdo promovido por el Consejo del Golfo, que firmó a cambio de la inmunidad total para él y parcial para sus allegados. Deja Saná y vuela a suelo estadounidense, previa escala en Omán, para recibir tratamiento médico y seguir recuperándose de las heridas sufridas en el atentado contra su palacio el pasado 3 de junio.
Fuentes cercanas al dirigente aseguraron que su plan consiste en regresar el 21 de febrero, fecha prevista para los comicios generales en los que su hasta ahora número dos, Mansur Hadi, será el candidato de consenso aprobado por todas las fuerzas del Parlamento.
La oposición política del país avaló la inmunidad de Saleh, un peaje que han pagado para poder avanzar en un proceso que aspira a poner fin a tres décadas de dictadura por medio de una “transición a la española”, reconocían recientemente fuentes diplomáticas en la capital yemení a este medio.
Pero muchos grupos de derechos humanos y activistas siguen acampados en la rebautizada Plaza del Cambio de Saná, frente a la universidad, protestando contra un acuerdo que consideran ilegítimo y contrario a los principios de una revolución inspirada en los modelos de Túnez y Egipto.
La sombra de Saleh es alargada. Además de colocar a su hombre de confianza al frente del país como su sucesor para liderar el cambio, su partido, el Congreso General del Pueblo, sigue siendo una de las fuerzas principales del país y su hijo, Ahmed, encabeza la Guardia Republicana. Una carga demasiado pesada para muchos yemeníes que soñaban con una depuración del sistema.
A los problemas políticos se le suma además el creciente peso del integrismo islámico en el país. Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) es el brazo internacional más activo de la red terrorista y la semana pasada se hizo con el control de Rada, a tan solo 150 kilómetros de la capital.
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