Saharauis llegados de España se instalan en el campamento de El Aaiún
Algunos han dejado sus trabajos y se han decidido a apoyar las reivindicaciones de sus familias
"Estamos bajo el Ejército marroquí", afirma Nafe , un saharaui de 27 años con residencia en España, que se ha unido a su familia en el campamento en el que miles de personas reclaman a las autoridades de Rabat mejores condiciones de vida.
Pero las exigencias de este joven, que lleva acampado más de dos semanas, parecen ser más políticas que socioeconómicas. «Aquí estaré hasta el día del referéndum, hasta que se soluciones esto con Marruecos o con la ONU», grita a través del teléfono, refiriéndose a la consulta para decidir la autodeterminación que debería organizarse en la ex colonia española.
El Gobierno de Marruecos , país que controla el territorio en disputa, considera las protestas como normales dentro de un país «democrático» y desmiente que tengan tinte político.
Nafe no es el único llegado desde España para apoyar las reivindicaciones de los saharauis alzados contra Rabat en una forma de protesta inédita desde que la ex potencia colonial se fue hace 35 años.
Entre los habitantes del campamento de Gdeim Izik , estimados entre 10.000 y 20.000, hay gente llegada desde Palma de Mallorca, Tenerife o Barcelona y algunos incluso desde Francia o Bélgica, aunque suponen un porcentaje ínfimo entre los ciudadanos de la zona.
Laila -no quiere dar su nombre real por miedo- viajó el sábado pasado en avión desde Las Palmas de Gran Canaria a El Aaiún y afirma haber sido herida en el pie en el momento de atravesar un control militar para acceder a la extensión de terreno donde se levantan las tiendas de campaña.«Militares marroquíes con una pistola grande nos tiraron piedras», afirma en un español algo deficiente.
Nafe, hijo de un antiguo sargento del Ejército español en tiempos de Franco, cuenta a este corresponsal que huyó del Sahara Occidental en patera en 1998 . «Era menor de edad, la Policía nos pegaba por manifestarnos y nos empujaba a irnos en patera. Llegué a Puerto del Rosario creo que el 26 ó 27 de mayo de 1998», afirma este joven, que no quiere dar más datos sobre su nombre, pero que en el momento de hablar con ABC se encontraba en una caseta que hace las veces de puesto de mando del campamento junto a Mohamed Salem Hassan, alias Salama, uno de los responsables de Gdeim Izik. «Cuando todo esto acabe muchos podríamos ir a la cárcel», pronostica.
Desde aquel 1998 Mafe ha pasado por Canarias, Madrid, Jaén, Valencia... El último trabajo, que afirma haber abandonado, era de cocinero en un restaurante de Playa del Inglés (Gran Canaria).
«En estos momentos la gente del fosfato (trabajadores de la antigua empresa española Fosbucra) nos está ayudando. Falta agua, medicinas y comida. Cada vez hay más problemas para que accedan los coches » a través de los controles de las Fuerzas de Seguridad marroquíes que rodean Gdeim Izik.
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