La ruta migratoria hacia Canarias, la preferida por los traficantes de personas

Desde el comienzo del año, han desembarcado en las costas italianas 5.968 inmigrantes, frente a 19.937 en el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio del Interior. Esto no significa que la inmigración hacia Europa esté disminuyendo, sino que están al mismo nivel que en el año pasado, según explica Frontex. La Agencia Europea precisa que los traficantes de seres humanos han encontrado otra vía, desde las costas de Senegal y Mauritania hacia las Islas Canarias. Se trata de una ruta muy peligrosa de 800 kilómetros en el Atlántico, en mar abierto, sin naves de las organizaciones humanitarias ni de salvamento estatal, con inmigrantes viajando apiñados en cayucos, con graves riesgos de naufragio. Desde enero hasta hoy han muerto casi 200 personas en la ruta hacia las Islas Canarias.

«En los últimos meses, los grupos criminales implicados en el tráfico de personas en Mauritania han aprovechado rápidamente las oportunidades que ofrece la creciente demanda de inmigrantes subsaharianos que transitan por su país buscando entrar en la Unión Europea a través de las Islas Canarias», explica Frontex. El Hierro se ha convertido en una isla de primera línea en el océano Atlántico, el equivalente de Lampedusa en el Mediterráneo, lo que suscita alarma en Europa. Se explica así que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen junto con el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, viajara a Mauritania el pasado 8 de febrero, prometiendo ayuda (210 millones de euros la UE; y España, 300), a cambio de frenar los cayucos a Canarias.

Mientras tanto, Italia prosigue sus esfuerzos para contener los flujos procedentes del norte de África. Hasta ahora, las naves de las organizaciones humanitarias eran el principal medio de desembarco en los puertos italianos. Pero al poco de llegar al poder, el Gobierno de Giorgia Meloni estableció, en diciembre de 2022, asignar a los barcos de las ONG puertos lejanos del lugar del salvamento, para el desembarco de los inmigrantes rescatados.

Por ejemplo, la nave Ocean Viking, que rescató el miércoles a 25 supervivientes del naufragio de una lancha neumática, en la que murieron al menos 60 personas de hambre y sed, después de una semana a la deriva, se dirige ahora, con más de 200 inmigrantes rescatados en otras operaciones de salvamento, hacia el puerto de Ancona. Es decir, según la organización humanitaria SOS Méditerranée, a la que pertenece el Ocean Viking, «tendrán que navegar 1.400 kilómetros después de haber vivido una verdadera odisea». Además, el Ministerio del Interior les impone ciertas restricciones a las naves humanitarias y si nos las cumplen son retenidas en los puertos italianos. Ahora mismo hay tres barcos bloqueados por un periodo de 60 días. Las ONG han denunciado en reiteradas ocasiones estos obstáculos. La consecuencia es que cada día hay menos ayuda de naves humanitarias para salvar inmigrantes.

Por otro lado, Giorgia Meloni pretende extender la política de colaboración acordada con Túnez a otra nueva zona de crisis, la que representa Egipto. Hasta allí podrían dirigirse miles de personas que desean salir de Sudán. Italia y Europa siguen de cerca la situación y temen que haya una huida en masa desde Sudán, según advierten los servicios de Inteligencia. Por eso, mañana Giorgia Meloni, acompañada de la presidenta de la Comisión Europa, viaja a El Cairo para firmar un memorándum con el presidente egipcio al Sisi, prometiéndole ayudas para que controle sus fronteras y evitar las salidas de inmigrantes.