El rostro de los zombis rusos en Jersón: «Tienen el cerebro lavado por el Kremlin»
Mikhail Ray y su esposa Anne celebran dos años de matrimonio, en la ciudad recién liberada. Él, artista, durante los meses de ocupación ha alumbrado un impactante trabajo fotográfico
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Enviado especial a Jersón (Ucrania)
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Iniciar sesiónHoy es un día feliz en la vida de Mikhail Ray y Anne porque cumplen dos años como marido y mujer. Buena parte de este matrimonio lo han pasado en guerra y bajo la ocupación rusa. Salen a celebrar el aniversario a la plaza de ... la Libertad de Jersón, el lugar donde se concentran los miles de civiles que quedan en esta ciudad para recibir ayuda humanitaria. Van cogidos de la mano y caminan dos palmos por encima del suelo, felices por su amor, por el final de la ocupación y por poder pasear sin miedo a ser detenidos. Mikhail saca su teléfono del bolsillo y muestra el trabajo que ha realizado en su casa durante los últimos nueve meses de ocupación, un trabajo que le ha podido costar muy caro. Muchos de sus vecinos y amigos decidieron abandonar la ciudad en los primeros días del conflicto, él se quedó y ha documentado el día a día de la ocupación con un diario con sus foto-collages y reflexiones que pronto se convertirá en libro.
«Cuando empezó la guerra lo primero que hice fue contactar con mis amigos rusos para decirles que nos estaban bombardeando y que sus tropas habían entrado en Jersón. En general no hubo reacción de ningún tipo, aunque unos pocos lo negaron, no me creían… actuaban como auténticos zombis con el cerebro lavado por el Kremlin», así recuerda el artista Mikhail Ray los días críticos de finales de febrero en los que Rusia lanzó su invasión e izó la bandera tricolor en la plaza de la Libertad de Jersón. Los rusos le tenían en la lista negra por sus intervenciones en programas de televisión y mensajes en las redes sociales, así que «opté por salir lo mínimo, los habitantes prorrusos de la ciudad te podían delatar y entonces desaparecías, ha habido muchos casos así», recuerda.
Las largas horas de encierro dieron como resultado la serie 'Diarios. De Jersón', donde se incluyen cuatro impactantes fotografías que muestran «rostros de rusos con símbolos de la guerra como la Z o la V cosidos para tapar ojos y bocas. Me han demostrado que no quieren escuchar y que tienen miedo de hablar porque en Rusia no hay libertad de expresión, son retratos de patriotas rusos zombis». Esas imágenes se han exhibido en Berlín y Kiev y se han convertido en iconos de la lucha contra la ocupación. Es un trabajo hiperrealista que, quien lo ve por primera vez, se pregunta si realmente alguien ha cosido en las caras de los protagonistas esos símbolos a base de de grapas.
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Incertidumbre y aislamiento
El 'Diario de la ocupación' recoge desde los primeros días de incertidumbre, pasa por los largos meses de aislamiento sin conexión de internet y concluye con los momentos finales de la presencia rusa cuando, tan solo un mes después del referéndum de anexión, anunciaron la evacuación de 10.000 civiles al día a la otra orilla del Dniéper durante una semana. «La primera pregunta que tuve fue, ¿por qué 60.000? Yo creo que salieron 5.000 como máximo si sumamos a pensionistas y colaboradores. Sembraron el pánico, asustaron a la gente con bombardeos y peleas callejeras, pero ni por esa los ciudadanos optaron por irse a la Federación Rusa o Crimea, porque todos sabíamos que la evacuación era un billete de ida». Ray ha tenido claro desde el primer día que «esta no es una guerra entre Rusia y Ucrania, es una guerra de valores, de generaciones, una guerra entre el pasado y el futuro».
Mikhail es un rostro conocido en la ciudad y en la plaza de la Libertad le saludan al pasar, pero hoy solo tiene ojos para su esposa. El grupo que trata de amenizar las largas colas de gente a la espera de ayuda humanitaria toca una de sus canciones preferidas. Se abrazan. Cierran los ojos y sueñan con un futuro en Ucrania, no en la Federación Rusa. Se besan.
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