¿Qué queda de Estado Islámico tras la muerte de su último líder a manos de los turcos?
Entre 6.000 y 10.000 yihadistas de todo el mundo siguen activos en Siria
Turquía mata al líder del Estado Islámico en la zona que controla en Siria
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Iniciar sesiónEl pasado 30 de abril el presidente turco, Tayip Erdogan, anunció con orgullo que las fuerzas especiales de su país habían 'neutralizado' al líder de Estado Islámico (Daesh por su siglas en árabe) en el norte de Siria, cerca de la frontera. A pocos ... días de las elecciones turcas, Erdogan quiso enviar un mensaje nítido: es un presidente fuerte, que a pesar de sus credenciales islamistas no duda en golpear a los que practican la violencia y el terror.
La muerte del último de los 'Al Qurays', apodo de guerra adoptado por los líderes de Daesh desde la muerte de su fundador, Al Bagdadi, en 2019, no significa en absoluto, el final del más importante de los movimientos yihadistas. Su efímero califato, en un territorio que llegó a ocupar casi un tercio de Siria y de Irak, ha permitido al Estado Islámico crear una serie de franquicias de movimientos yihadistas afines en el África negra. Sin olvidar que aún cuenta con una importante presencia de combatientes en Siria, donde actúa con una red de células.
Fuentes de inteligencia occidentales, citadas por 'The Economist', estiman que Daesh tiene entre 6.000 y 10.000 hombres en armas en Siria. Otros tantos están detenidos en campos de concentración en su mayoría controlados por los rebeldes kurdo-sirios. El año pasado Estado Islámico lanzó una audaz operación para liberar a 3.000, pero los rebeldes kurdos lograron retomar el control de la prisión con la ayuda de fuerzas norteamericanas y británicas. Ninguno de los países de origen de los yihadistas de Estado Islámico en Siria desea su repatriación, y está dispuesto a pagar por ello.
Turquía mata al líder del Estado Islámico en la zona que controla en Siria
Mikel AyestaranEl propio presidente Erdogan ha informado de la muerte de Abu al Husein al Huseini al Qurashi en una operación de los servicios secretos turcos
La muerte del último líder de Daesh solo significa que habrá otro 'Al Qurays' al frente de sus militantes, y que a pesar del intento de anonimato su esperanza de vida será corta porque pronto será puesto en la diana. Nada indica, en cambio, que se vayan a acortar los días del yihadismo: su tirón entre las masas de jóvenes islamistas en Oriente Próximo y Europa sigue siendo fuerte.
Estado Islámico sobrevive junto a Al Qaida, que ha perdido su 'glamour' tras la muerte de sus primeros dos líderes, Bin Laden y Al Zawahiri, pero sigue igualmente vivo para los servicios de inteligencia occidentales. Ambos representan dos modelos de salafismo violento, con plena coincidencia en su objetivo final: volver al islam de los tiempos de Mahoma por la vía de las armas y el terrorismo. La diferencia estriba en la estrategia. Al Qaida aboga por los ataques en el corazón del 'mundo de los infieles', y Daesh opta por la creación de un califato territorial que sirva de simiente y que, a diferencia de los talibanes afganos, también tiene aspiraciones universales.
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