Putin intenta forzar la puesta en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2

crisis europea de suministro

Después de la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno alemán ha desestimado definitivamente su entrada en funcionamiento y contempla otros usos para la infraestructura

Reuters

Rosalía Sánchez

Corresponsal en Berlín

Mientras en Alemania se hacían diferentes lecturas sobre la decisión de Putin de volver a poner en funcionamiento el gasoducto Nord Stream 1, después de los diez días que han durado las tareas de mantenimiento, pero reduciendo de nuevo la cantidad de gas que ... a través de esta vía hace llegar a Alemania, el propio presidente ruso ha aclarado sus intenciones, que no son otras que forzar la puesta en funcionamiento del gasoducto Nord Stream 2, gemelo del anterior, terminado de construir en septiembre pasado pero que no ha sido inaugurado fundamentalmente por presiones de Estados Unidos. Después de una reunión de alto nivel con el presidente iraní Ebrahim Raisi y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, celebrada en Teherán,Putin ha comentado que la capacidad de producción diaria de Nord Stream 1 podría volver a caer significativamente y ha quitado dramatismo a esa posibilidad recordando que «todavía tenemos una ruta terminada, esa es Nord Stream 2. Ellos pueden ponerla en funcionamiento«. Con estas palabras, dejaba claro que explotará la autoinfligida dependencia europea del gas ruso para consumar con éxito un proyecto que comenzó a construirse en 2018 y que tiene capacidad para trasladar 55.000 millones de metros cúbicos de gas al año a través del mar Báltico desde Víborg, en Rusia, hasta Greifswald, en Alemania. Su construcción fue motivo incluso, durante la presidencia de Donald Trump, de sanciones estadounidenses contra las empresas que participaban en el proyecto, entre las que figuraban, además de la rusa Gazprom, las europeas OMV, Wintershall Dea,Engie, Uniper y Shel. Ucrania se opuso también enérgicamente a su construcción debido a que temía perder los privilegios y frutos financieros de país de tránsito tradicional del gas ruso hacia Europa.

Después de la invasión rusa de Ucrania, el Gobierno alemán ha desestimado definitivamente su entrada en funcionamiento y contempla otros usos para la infraestructura. El Ministerio de Economía alemán proyecta reconvertir parte del polémico gasoducto en terminal de gas líquido y separarlo del resto del sistema. Las tuberías desde el continente hasta el mar podrían conectarse a la terminal móvil de gas licuado. Pero aunque la operación se considera factible desde un punto de vista técnico, existen una serie de problemas legales que podrían impedir su ejecución. Gazprom, que forma parte del consorcio que debería gestionar el gasoducto, podría rechazar la operación. De hecho, algunos directivos de la compañía confían todavía en que el gasoducto pueda entrar en funcionamiento dentro de dos o tres años, cuando acabe la guerra y se normalicen las relaciones entre Rusia y Alemania. Las últimas declaraciones de Putin hablan también de esas mismas intenciones. Berlín, por su parte, no puede proceder sin más al desmantelamiento del proyecto porque teme que la medida genere reacciones en Rusia en forma de expropiaciones en cadena de empresas alemanas. Desde el Ministerio se limitan a decir que aún están buscando posibilidades para construir terminales de gas licuado y que el aprovechamiento de la infraestructura existente puede ser una alternativa. Desde el Ministerio se limitan a decir que aún están buscando posibilidades para construir terminales de gas licuado y que el aprovechamiento de la infraestructura existente puede ser una alternativa. Desde el Ministerio se limitan a decir que aún están buscando posibilidades para construir terminales de gas licuado y que el aprovechamiento de la infraestructura existente puede ser una alternativa.

La construcción de Nord Stream 2 generó fuertes tensiones entre Alemania y EEUU y también con varios países de Europa del Este. El precedente (Nord Stream 1), en funcionamiento, ha sido también rechazado por algunos países porque contribuye a reforzar la dependencia energética de Alemania con Rusia y perjudica a los gasoductos que pasan por Polonia y Ucrania. De las declaraciones de Putin se desprende que está dispuesto a estrangular el flujo de gas a través de Nord Stream 1 para obligar a poner en funcionamiento el segundo tubo. Por ello sigue argumentando que la falta de turbinas hará descender la capacidad diaria del primero a 33 millones de metros cúbicos al día a fines de julio, casi la mitad de los 67 millones de metros cúbicos a los que Rusia ya ha reducido capacidad desde junio y solo una quinta parte de la capacidad máxima del oleoducto de alrededor de 150 millones de metros cúbicos por día.

Putin ya puso como excusa la falta de una turbina que se estaba reparando en Canadá y que había sido paralizada a causa de las sanciones internacionales contra Rusia. El gobierno de Otawa logró una exención a las sanciones y la empresa alemana Siemens realizó el traslado en una tiempo récord, aunque Moscú todavía no ha publicado acuse de recibo. Putin sugiere ahora que podría cerrar deliberadamente el gasoducto Nord Stream 1 hasta el punto que Europa, temiendo un invierno sin gas ruso, incluso estaría de acuerdo con la puesta en marcha de Nord Stream 2, lo que supondría una gran humillación simbólica.

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