Primer contacto de la UE con la nueva Administración Trump: Von der Leyen se reunirá este martes con el vicepresidente J. D. Vance en París

Hasta ahora, la Comisión Europea no se da por aludida directamente puesto que formalmente no ha habido una decisión concreta en la Casa Blanca, pero en un comunicado publicado ayer por la mañana insiste en que «la imposición de aranceles sería ilegal y económicamente contraproducente, especialmente dadas las cadenas de producción profundamente integradas que la UE y los EE.UU. establecieron a través del comercio y la inversión transatlánticos». Más allá, Bruselas advierte de que no ve «justificación para la imposición de aranceles» y en caso de que esta fuera la decisión de Estados Unidos, la UE «reaccionará para proteger los intereses de empresas, trabajadores y consumidores europeos de medidas injustificadas».

A pesar de que el comercio exterior es competencia comunitaria, las dos principales economías de la UE, Francia y Alemania, se han pronunciado también a favor de un contraataque europeo en caso de que la Casa Blanca cumpla sus amenazas. El ministro francés de Exteriores, Jean-Noel Barrot, recordó en una entrevista televisada que en 2018 Trump ya impuso aranceles «y entonces respondimos y ahora responderíamos de nuevo. La UE está lista para apretar el gatillo cuando llegue el momento. A nadie le interesa iniciar una guerra comercial con la Unión Europea».

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Enrique Serbeto | Corresponsal en Bruselas

En la misma línea, el canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que «actualmente, dado que todavía no hay nada oficial, solo podemos decir con gran cautela pero con gran claridad que cualquiera que imponga aranceles debe esperar contraaranceles» lo que a su vez «aumentaría la incertidumbre económica y perturbarían la eficiencia y la integración de los mercados globales».

Las amenazas llegan en medio de crecientes temores sobre el futuro de la siderurgia europea, que tiene que afrontar los precios de la energía y la competencia china. Actualmente, las exportaciones de acero europeo han disminuido bruscamente en la última década, de 29 millones de toneladas en 2014 a 16 millones en 2023, y en concreto las que se venden en Estados Unidos han pasado de 3,6 millones a 2,2 millones de toneladas durante el mismo período.