Varios policías, investigados por el asedio a la base de Qala i Nao

Un agente «muy joven»

«Se trata de un agente muy joven que formaba parte del grupo que enviamos para sofocar la revuelta y que sorprendentemente se unió a los manifestantes y abrió fuego contra el PRT. Tenemos imágenes en las que se le ve vestido con el uniforme y disparando», informa el jefe de la Policía, el general Said Ahmad Samei. Otros dos policías se encuentran suspendidos y se investiga su posible participación en los ataques contra los efectivos españoles. A diferencia del asesino, ninguno de estos tres, según el general Samei, había tomado parte de los cursos de preparación de la Guardia Civil.

En la prisión de la localidad de Qala i Nao, quince personas —de ellas cuatro se declaran inocentes y aseguran que no estaban presentes en los altercados— permanecen encarceladas por su implicación en las protestas. Los dos principales instigadores se encuentran en manos del NDS (dirección general de seguridad, por sus siglas en inglés) según el director de la cárcel, Gholam Haidar Talash. Se trata de Haji Abdurahman, que fue arrestado con una pistola y que, según fuentes policiales, ha declarado que «estoy contra el Gobierno y pienso seguir luchando contra las fuerzas extranjeras», y el mulá Abdurahim.

Insurgentes infiltrados

«¿Cómo se pudo pasar de cero a cien en unos minutos?» Es la pregunta que se hacen en la base española y a la que la investigación abierta espera dar respuesta. Los responsables de inteligencia no tenían alerta alguna sobre la organización por parte de elementos insurgentes de una jornada de violencia de esas características. Al mismo tiempo que el ataque al Equipo de Reconstrucción Provincial en Qala i Nao, los insurgentes lanzaron ofensivas contra las bases avanzadas de Sang Atesh y Bala Murghab lo que demuestra su capacidad para realizar acciones coordinadas en la provincia.

El Equipo de Reconstrucción Provincial ha sido reparado y desde el exterior apenas se perciben las huellas de la batalla. Lo que será más complicado de recuperar será la confianza entre españoles y afganos, especialmente con unas fuerzas del orden tan necesarias para el futuro de la misión como fáciles de infiltrar por elementos insurgentes.