Un diamante de 90 quilates. Un rubí de 25 hecho en exclusiva por la casa Cartier. Así hasta 700 joyas está subastando la casa Christies de Ginebra, pero su puja más brillante hasta la fecha está llena de sombras. Las piezas son de la fallecida ... multimillonaria austriaca Heidi Horten, compradas gracias a la fortuna que amasó su marido, expoliando propiedades a los judíos en la segunda Guerra mundial. Joyas manchadas de sangre aseguran otros. Varias asociaciones contra el fascismo han querido frenar la subasta de esta herencia sin herederos. La pareja de millonarios falleció sin descendencia. Más de 140 millones de euros que se destinarán a fines solidarios.
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