La perniciosa relación de México con Cuba que «pasa por su mejor momento en décadas»

Algo que ya dejaron claro AMLO y Díaz-Canel, el primero refiriéndose al cubano como «huésped distinguido, admirado y fraterno» y ambos erigiéndose como «hermanos» y «amigos». López Obrador ensalzó a su homólogo en el discurso de bienvenida y no dudó en rendir honores al barco Granma que partió con Fidel Castro para «liberar al pueblo cubano de la dictadura de Batista», dejando claro a quien defiende en la geopolítica latinoamericana.

La amistad de las dos naciones se ha forjado desde la llegada al poder de López Obrador pese a su reticencia a los viajes internacionales por la premisa presidencial que «la mejor política exterior es la interior». Un sempiterno eslogan propio del de Tabasco que rompió a principios de mayo del año pasado «con una visita de trabajo» a Cuba que incluso podía disfrazarse de enlace para suavizar las relaciones entre Cuba y Estados Unidos ante una oleada de migración masiva, procedente también del Caribe. Hasta entonces la relación bilateral entre México y Cuba podía definirse por los lazos históricos que les unen e impulsados desde mediados del siglo pasado. Cada presidente solía recibir y visitar a Fidel Castro, incluido Vicente Fox que a principios de los 2000 estuvo a punto de cortar relaciones.

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Pero, lo de esta última visita a Campeche de Díaz-Canel roza todos los límites con la imposición de la Orden del Águila Azteca al autócrata cubano en el altar de la gran acrópolis de la zona arqueológica de Edzná, al sur del país en el estado mexicano de Campeche en la Península de Yucatán.

A AMLO ya no le sirve ensalzar a la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en contraprestación a la OEA (Organización de Estados Americanos) en donde sí está presente EE.UU y Canadá. La visita de Díaz-Canel no ha sido en balde, económica y socialmente hablando, logrando que López Obrador aproveche para anunciar su intención de crear un foro, directamente, con países en los que gobierna la izquierda como México, Brasil, Argentina, Chile, Colombia, Cuba. Buscando, según sus palabras, acuerdos alimentarios o medidas contra la inflación disparada en México en récords no vistos desde hace 20 años. Biden debería vigilar más estos lazos que le ofrecen un contrapeso.

Con más 120 años de relaciones bilaterales, México ya fue el único país de toda Latinoamérica que mantuvo lazos económicos con la isla caribeña en la década de los sesenta. Pero, ahora el país norteamericano busca reforzar el maltrecho sistema eléctrico cubano que funciona con centrales termoeléctricas, alimentadas actualmente por alrededor de un 40% de combustibles derivados del petróleo en medio de una crisis del oro negro.

Todo para facilitar un apoyo diplomático para lograr el levantamiento del embargo estadounidense, un requerimiento que obsesiona a AMLO. El ministro de Asuntos Exteriores mexicano acaba de tildar el bloqueo como «injusto» y asegura que ha «infringido sufrimiento en el pueblo cubano» en su exigencia a Estados Unidos. Si AMLO solicitaba el día anterior que quitaran a Cuba de la lista de países terroristas, Ebrard se unía a la petición por la imposibilidad de la isla para formar parte del sistema financiero por lo que se le impide acceder a las reparaciones de sus plantas eléctricas. A su vez López Obrador declaraba que el Gobierno de Cuba «es profundamente humano» obviando los informes de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba que destacan la masificación de la represión y la intensificación de la crueldad en la isla.

Pese a la máxima de no inmiscuirse en la política interna de terceros países el Gobierno mexicano pretende fortalecer la cancelación del bloqueo a través del G-20, la Celac o encuentros con la Unión Europea.