«Los jefes de Wagner no tuvieron un entierro honroso»: seguidores de Prigozhin le rinden homenaje en memoriales improvisados

«Los jefe del Grupo Wagner no han tenido el entierro que se merecían, no ha sido lo suficientemente honroso», se lamenta una mujer de unos 80 años tras depositar un ramo de rosas rojas en el memorial instalado en el número 8 de la calle Varvarka de la capital rusa, junto a la iglesia del Beato Maxim de Moscú, a escasos metros de la Plaza Roja. A su juicio, «Prigozhin fue condecorado con la estrella de oro de héroe de Rusia, la máxima distinción, y sus funerales debieron haberse celebrado con los honores correspondientes».

La anciana, cuya identidad no quiso desvelar, considera que «estamos ante el final del Grupo Wagner». Apuntando con la mano hacia las fotografías de Prigozhin y Utkin, asegura que la estructura de estos mercenarios, «se sostenía sin lugar a dudas gracias a ellos dos y, una vez desaparecidos, no quedará probablemente nada del resto. Unos se irán a casa y otros se integrarán tal vez en el Ejército. Pero es triste que una fuerza militar como los Wagner, con el heroísmo y efectividad con que han luchado en Ucrania y que han demostrado tener características únicas, sea borrada así de la faz de la Tierra».

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Al memorial, constituido por fotos, emblemas, banderas, velas encendidas y coronas funerarias, se acercan después un adolescente con la que parece su madre, una señora de unos 40 años. El chico, con lágrimas en el rostro, deposita también una ofrenda floral, pero lo hace ante el estandarte de los paracaidistas del Ejército ruso, que lucharon junto con los Wagner en la localidad ucraniana de Bajmut. A la pregunta de por qué llora el chaval, ella responde «no tenemos nada que decir, lo de él es un asunto privado nuestro que a nadie más le interesa». Tras la marcha de ambos, el entorno quedó completamente vacío, salvo dos policías que hacían guardia a cierta distancia y que tampoco quisieron responder a la pregunta de si su servicio allí discurría con normalidad y sin incidentes.

Estos altares en recuerdo de los Wagner muertos han sido instalados en muchas ciudades rusas y hasta en Idlib (Siria), siendo San Petersburgo, ciudad natal de Prigozhin y sede del cuartel general de los Wagner, en donde mayor afluencia de gente se ha registrado. No obstante, en algunos de ellos hubo quien provocó altercados al incluir fotos de los pilotos rusos que murieron el pasado 24 de junio cuando, tratando de detener a los Wagner en su marcha hacia Moscú, sus aviones y helicópteros fueron abatidos desde tierra por los mercenarios sublevados.

Prigozhin y sus principales hombres de confianza fueron enterrados el martes sin que se permitiese el acceso al cementerio de nadie más que su familia y círculo próximo. Ni siquiera se permitió el paso a la prensa. «La despedida de Evgueni Víktorovich tuvo lugar en formato cerrado. Las personas que deseen despedirse de él podrán ir –más tarde– al cementerio de Porojovskoye», escribió la compañía Concorde en Telegram. Ni el presidente ruso, Vladímir Putin, como ya se enunció en el Kremlin, ni ninguna autoridad oficial acudieron a las exequias.

Pero, desde este miércoles, ha sido abierto el acceso a la tumba de Prigozhin y hasta se han colocado carteles con el esquema para poderla encontrar dentro del cementerio, cuyo recinto continúa acordonado por la Policía desde el martes. Empleados del servicio fúnebre aseguraron que en los funerales hubo menos de 30 personas, ningún dirigente ni nadie con uniforme militar.

Canales rusos de Telegram constatan que, pese a ser «Héroe de Rusia», el jefe de los Wagner no recibió los honores de rigor en los funerales. Según tales informaciones, se había previsto inicialmente una despedida pública para los Wagner y luego Prigozhin y Utkin recibirían sepultura en el cementerio histórico Serafímovskoye, lugar de entierro de altos mandos militares, pero, por razones que no han sido dadas a conocer, el plan fue modificado.

Preguntado sobre la marcha de la investigación del accidente sufrido por el jet de Prigozhin, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha reconocido por primera vez que tal vez pudo ser derribado «de forma deliberada», insinuando que podría ser abierta una causa penal por asesinato. Tal versión, según sus palabras, es una de las hipótesis que se barajan. Peskov dijo también que, por ahora, no habrá una investigación internacional de lo sucedido.

El Centro para la Investigación y Prevención de Accidentes Aéreos de Brasil (CENIPA) ha recibido la negativa de Moscú a su solicitud de participación de la compañía Embraer, fabricante del jet de Prigozhin, en la investigación con el propósito de mejorar la seguridad y evitar incidentes similares. Moscú alega que la catástrofe se produjo en un vuelo interno entre Moscú y San Petersburgo y, en tal caso, según las normas internacionales, no hay obligación de recurrir a especialistas extranjeros. Sin embargo, según la agencia Reuters, los expertos del Comité Interestatal de Aviación de Rusia tampoco se están encargando de investigar el accidente aéreo al no haber sido involucrados en las pesquisas como suele ser habitual.