¿Por qué Qatar ha perdido una gran oportunidad al comprar políticos al peso en Bruselas?

El espectáculo futbolístico era la oportunidad perfecta para recordar al mundo que el país no es una democracia nórdica pero tampoco una despreciable autocracia

Los países del Golfo, con Qatar a la cabeza, hacen su agosto en pleno invierno energético

'Qatargate': Las claves y el quién es quién del mayor escándalo de sobornos del Parlamento Europeo

Eva Kaili, la vicepresidenta del Parlamento Europeo destituida tras el escándalo pablo garrigos

La gran ironía del 'Qatargate' es que estos días deberían ser más bien triunfales para el pequeño emirato árabe con la mayor renta per cápita del planeta. En lugar de emitir categóricos desmentidos imposibles de creer, Qatar tendría que estar celebrando un logro supremo ... para el que lleva trabajando más de una década: la organización por primera vez en un país árabe y musulmán del Mundial de Fútbol.

El espectáculo futbolístico era la oportunidad perfecta para recordar al mundo que Qatar no es una democracia nórdica pero tampoco una despreciable autocracia. El anterior emir, sin ninguna presión popular, introdujo una especie de elecciones. Y también creó un canal de noticias, Al Yazira, que resulta bastante más fiable que sus rivales árabes aún sin llegar a morder la mano de quien le da de comer.

Entre otras cosas, el Mundial tendría que haber servido para contextualizar el tratamiento que reciben los trabajadores inmigrantes en un país en el que los qataríes sólo representan el 12% de la población, una proporción que muchas otras naciones teóricamente más ilustradas no tolerarían. Y de paso, poder explicar que Qatar no es un antro de homofobia. Las relaciones homosexuales son ilegales, es cierto, pero también lo son todas las relaciones sexuales fuera del matrimonio. En este sentido, Qatar no destaca especialmente entre otros muchos países en vías de desarrollo o el mundo musulmán.

Sin embargo, esta histórica oportunidad para confrontar estereotipos sobre Qatar, los árabes y el islam se ha desvanecido al trascender los vergonzosos esfuerzos por comprar políticos al peso en Bruselas. Este descarado atajo de lobby ilegal –como ha dicho la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola– solamente puede ser interpretado como un ataque contra nuestra democracia.

Además, todo este alarde de corrupción elimina cualquier duda razonable sobre los métodos opacos utilizados por Qatar para conseguir hacerse con la organización del Mundial. En esto, la FIFA y los europarlamentarios comparten toda una lucrativa y escandalosa incapacidad a la hora de protegerse de influencias indebidas.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios