Prima Donald

La comparecencia de Trump ante un juez federal en Miami no solamente es un hecho sin precedentes en la historia de Estados Unidos. Es también el inicio de una campaña electoral sin igual. El candidato favorito en las primarias republicanas está planteando su futuro en términos imposibles: o la cárcel o la Casa Blanca. Con el evidente interés en convertir los comicios del 2024 en un delirante referéndum sobre si debe terminar entre rejas o no, con la surrealista posibilidad de un auto-perdón.

Virtuoso en la construcción de rascacielos y de realidades paralelas, el relato de Trump insiste en que Biden es incapaz de ganar en unas elecciones libres y justas. Y por eso el anciano presidente se empeña en encarcelar a su oponente al más puro estilo de las dictaduras bananeras tan sufridas en Florida. Sin dejar pasar ocasión para recaudar donaciones, Trump insiste en que la próxima gran cita con las urnas es la «batalla final» por el alma de Estados Unidos. O gana él o «perdemos nuestro país».

¿Qué carajo sabe hacer la derecha populista? se ha preguntado de forma retórica en estos días de precampaña el líder del Partido Popular español. A la vista de la situación en Estados Unidos, la respuesta es que el trumpismo sabe muy bien hacer una sola cosa, pero increíblemente dañina: operar la máquina del caos hasta niveles de confrontación que hacen dudar si el asalto al Capitolio perpetrado el 6 de enero de 2021 fue el final o el principio de algo terrible.