Los partidos de Chile salen a la caza del voto centrista y moderado que tumbó el plebiscito

Según los analistas consultados por ABC, el resultado del plebiscito demuestra que la ciudadanía no está por proyectos refundacionales ni identitarios y, por el contrario, revaloriza la moderación y la gradualidad.

A medida que se hace ingeniería de datos, se confirma que, si en el plebiscito de septiembre de 2022 la opción 'Rechazo' se impuso en las dieciséis regiones del país, en esta oportunidad la alternativa 'En contra' triunfó en trece de ellas. Según los expertos, esa cuestión obligará a los partidos a intensificar sus esfuerzos por conquistar el padrón de 15,5 millones de chilenos que acata la obligatoriedad de votar y que, claramente, la elite desconoce cómo se comporta.

Tanto el analista Jorge Navarrete como el docente de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez, Cristóbal Belollio, señalan a ABC que, si bien el Partido Republicano y su candidato José Antonio Kast han salido golpeados en esta apuesta, el comportamiento libre de los votantes mantiene viva la opción del sector en las elecciones presidenciales de noviembre de 2025. «Los que dan por tumbada a la derecha viven en una exageración», dice Navarrete.

Alberto Mayol, sociólogo de la Universidad de Chile, lo ratifica en 'La Segunda', indicando que la incapacidad ejecutiva del Gobierno afecta a todos sus liderazgos de izquierda. «Hay una serie de fenómenos sociopolíticos [...] cuando surge un proceso de malestar hay una primera búsqueda de los países desde la izquierda y, cuando fracasa, se va a la derecha», asegura.

Por su parte, el profesor de la Universidad Central Marco Moreno explica a ABC que el resultado facilitará un entendimiento entre fuerzas, a pesar de que el centro ha quedado huérfano, pues «hay demanda, no oferta».

En marzo de 2024, Chile comenzará un nuevo proceso electoral, ya que en octubre se deberán renovar los alcaldes y concejales de 345 municipios y los gobernadores de quince regiones. Por eso, las derechas e izquierdas se verán empujadas a resolver pactos electorales que no den cuenta de acuerdos o coaliciones políticas y programáticas, algo que ya puso en práctica la izquierda con la alianza de gobierno entre el Socialismo Democrático y el Frente Amplio.

Navarrete reconoce que la UDI se ha visto tensionada por el rápido crecimiento del Partido Republicano, pero al final, se trata solo de una cuestión de estilos o dureza, que deberá ser dejada al lado en el momento de captar votos. Y ahí, aunque un sector de Renovación Nacional y Evopoli -los otros dos socios en Chile Vamos- se opongan a pactar con los republicanos, sí se podrá acordar una estrategia de omisión de candidaturas para asegurar votación.

«Esto es un negocio y consiste en ganar y mantener», recuerda Navarrete, a lo que Belollio añade que el período de recriminaciones de Chile Vamos a los republicanos por hegemonizar el Consejo Constitucional no será muy extenso. Belollio sí cree que Chile Vamos buscará desligarse de la estrategia de confrontación y hostil del PR, porque salió derrotada en los dos plebiscitos constitucionales.

Ambos concuerdan que la derecha radical y la centroderecha fracasaron en su idea de transformar el plebiscito en una suerte de evaluación al Gobierno de Boric, pero a futuro siempre será bueno tener un villano claro al frente, porque en un país donde el centro no tiene partidos, el electorado debe decidir entre alguno de los dos polos.

El científico político y docente de la Universidad Central Marco Moreno asegura a ABC que el resultado del domingo facilitará un entendimiento entre fuerzas, pero claramente el centro ha quedado huérfano, porque «aunque hay demanda, no hay oferta».

Al igual que Belollio, considera que quienes quedaron más golpeados después de los republicanos son los incipientes Demócratas y Amarillos, grupos escindidos de la Democracia Cristiana y la centro izquierda. Ambos «cruzaron el río» para el plebiscito pasado y en esta oportunidad, aclara Moreno, buscaron capitalizar esa alianza y no les resultó, por lo que han quedado en el aire. «No tienen capital político para negociar cupos con la derecha, no los van a recibir en la izquierda y no tienen fuerza para enfrentar una campaña exitosa solos», asegura.

Lo anterior es paradójico si se considera, como afirma Cristóbal Belollio, que la votación del electorado de centro fue crucial para que ganara el 'Rechazo' en 2022 y ahora el 'En contra'. «Los sectores moderados son los que marcan la pauta», dice.

Moreno sostiene que el reordenamiento en la izquierda considerará la creación de un único partido Frente Amplio donde confluyan todas las colectividades que conforman ese grupo y que se han visto disminuidos no solo porque no lograron gestionar el Gobierno de Boric, sino porque Revolución Democrática está en el suelo tras el caso Fundaciones, un escándalo de corrupción que involucra al Gobierno y oenegés que recibieron recursos fiscales y no prestaron servicios.

Asegura que el eje seguirá estando en manos del Socialismo Democrático, principalmente en el Partido Socialista, que desde que entró al Gobierno post plebiscito de 2022 ha dado orden. Agrega que a esta alianza se sumará la Democracia Cristiana, porque sola no podrá enfrentar las municipales. A su juicio, el Partido Comunista se sumará porque son pragmáticos y buscan la eficacia electoral.

«La agenda identitaria del FA fracasó en 2022 y en octubre de 2024 enfrentará unos comicios con el desprestigio de la marca y los problemas de gestión de la administración de Boric», señala Moreno, que agrega que el presidente se verá obligado a realizar un ajuste a su gabinete a más tardar en enero si quiere poder sostener su agenda en medio de la campaña.

«La evaluación del Gobierno es de regular a malo, porque ha tenido que navegar con una agenda que no hace sintonía con el progresismo cual es la seguridad ciudadana y el crecimiento económico», apunta Belollio, quien funda en esto una de las posibilidades abiertas que mantiene la derecha en la presidencial de 2025.