El Papa pide a Hamas «que los rehenes sean liberados inmediatamente»

Su propuesta es «construir» la paz no con las armas sino «sobre la justicia, el diálogo y el coraje de la fraternidad». Desde que se conoció el ataque, la estrategia del Vaticano ha sido movilizarse para intentar evitar una escalada que se contagie a toda la región, y en ese contexto se han interpretado las declaraciones del Papa durante la audiencia general en la plaza de San Pedro, ante unos 30.000 peregrinos.

«Sigo con dolor y aprensión lo que ocurre en Israel y Palestina, con tantas personas muertas, otras heridas», ha asegurado el Papa este miércoles. También ha recordado a «las familias que han visto cómo un día de fiesta se convertía en un día de luto». Luego ha añadido que «el terrorismo y el extremismo no ayudan a alcanzar una solución al conflicto entre israelíes y palestinos, pues, al contrario, alimentan el odio, la violencia y la venganza, y sólo aumentan el sufrimiento de unos y otros».

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El Papa ya solicitó este sábado que le mantuvieran continuamente informado sobre cómo evoluciona la situación en Israel, y está en contacto telefónico con el párroco católico de Gaza, el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, quien el día del ataque estaba en Belén y no ha podido regresar a su iglesia.

«El Papa me llamó para saber cómo estaba la gente y la parroquia», ha explicado el sacerdote a medios vaticanos. Romanelli asegura que en la única parroquia católica que hay en la Franja se han refugiado más de 150 personas, quienes o se han quedado sin vivienda a causa de los bombardeos o buscan un lugar seguro.

Asegura confiado que «siempre se han respetado las instalaciones de la Iglesia católica (en Gaza), pues no entramos en cuestiones políticas ni militares y nuestra misión es de paz, una misión humanitaria donde tenemos a nuestros feligreses, a niños discapacitados y a personas necesitadas de ayuda o abandonadas».

El sacerdote dice además que «hasta ahora, no se siente que haya escasez de alimentos o de agua, pues hemos estado haciendo acopio, siempre previendo problemas. Pero hasta cuándo será posible no lo sé, porque con cada bombardeo la gente lo pierde todo y lo necesita todo».

Otro de los consejeros del Papa es el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, quien precisamente estaba en Roma estas semanas pero ayer regresó a Israel para seguir personalmente la situación. Después de tres semanas en Italia ha dicho a «Vatican News» que «ha encontrado un país que ha cambiado mucho y de forma repentina». «He encontrado un país asustado y estupefacto ante lo que está ocurriendo. También he visto mucha rabia y mucha expectación por escuchar una palabra de guía, de consuelo y también de claridad sobre lo que está ocurriendo».

En su opinión, «mientras la cuestión palestina, la libertad, la dignidad y el futuro de los palestinos no se tengan en cuenta de la forma que hoy es necesaria, las perspectivas de paz entre Israel y Palestina serán cada vez más difíciles». Su propuesta es «condenar todas las formas de violencia, aislar a los violentos y trabajar sin descanso por un alto el fuego, porque mientras hablen las armas, no será posible escuchar otras voces».

Por otro lado, en la audiencia general, el Papa ha recordado la situación en Afganistán, donde un terremoto de 6,3 grados en la escala Richter causó el sábado al menos 2.500 fallecidos en el noroeste del país.

«Recuerdo también al pueblo de Afganistán, que sufre las consecuencias del terremoto que le ha golpeado, causando miles de víctimas -entre ellas muchas mujeres y niños-, y miles de personas desplazadas», ha dicho el Papa. «Invito a todas las personas de buena voluntad a ayudar a este pueblo ya tan duramente probado, contribuyendo con espíritu de fraternidad, a aliviar el sufrimiento de la población y a apoyar la necesaria reconstrucción», ha añadido.