El padre Antonis, el cura más famoso de Grecia, investigado por abuso de menores

La imagen que la prensa nacional e internacional ha proyectado desde entonces del padre Antonis coincide con la del buen samaritano: un hombre que levantó, hace 25 años, sin ninguna ayuda, uno de los proyectos de beneficencia con mayor impacto social en Grecia. Ha recibido por ello decenas de reconocimientos, como el Premio Ciudadano Europeo del Parlamento Europeo en el año 2018 o la Cruz Dorada de la Orden del Fénix en 2021, concedida por la Presidenta de la República.

El propio Antonis cuenta en la web de la institución cómo fue destinado con apenas 26 años a una parroquia de Kolonós, un barrio desfavorecido de Atenas donde habitan familias de escasos recursos e inmigrantes. El padre cuenta que, cada día, quedaba desolado ante las imágenes que contemplaba en la plaza de la iglesia: niños que no acudían a las escuelas, adicción a las drogas, violencia entre pandillas, etc. Esto lo llevó a intentar poner freno a la situación y, así, hace 25 años empezó a ganarse la confianza de los jóvenes a través de los deportes.

Poco a poco, con la ayuda de su mujer, consiguieron levantar un centro de día donde dar de comer a menores sin recursos y ayudarles con sus tareas escolares. De ahí, y gracias a las donaciones y la colaboración altruista del vecindario, levantaron su primer centro de acogida de menores.

No obstante, esta organización benéfica está siendo investigada por abuso sexual, maltrato y bautismos forzosos a menores, además de blanqueamiento de capitales, entre otros cargos. Las alarmas saltaron hace pocas semanas, cuando un joven de 19 años, antiguo residente del centro que la organización tiene en Atenas, denunció a un antiguo trabajador de la institución por abusos sexuales. Desde entonces han sido cientos los testimonios de antiguos usuarios sobre los terribles castigos físicos y abusos de todo tipo que se cometían en varios centros de acogida de la ONG.

Durante los años de la crisis financiera, los medios de comunicación nacionales e internacionales se hicieron eco de su labor humanitaria con los más necesitados. Esto produjo que su fama se disparase y el dinero empezara a llegar en forma de donaciones privadas que, según la Fiscalía, ascenderían a los seis millones de euros anuales. Además, desde el año 2014 hasta la actualidad recibió varios inmuebles.

Tras la primera denuncia, el padre Antonis hizo lo que mejor se le da: ofrecer entrevistas a todos los medios para negar los hechos y afirmar que no tiene conocimiento de los casos de maltrato. No obstante, los cargos son graves y cada día salen más detalles a la luz de las ilegalidades y abusos que se cometían en la organización y de las investigaciones realizadas quince de sus altos cargos, entre ellos el padre Antonis y su mujer.