Hans Zollner: «La Iglesia suma a la crisis de los abusos la del encubrimiento»

Así, ha concretado que por un lado se encuentra «la crisis del abuso, que es horrendo, que es terrible», a la que se suma también «la crisis de confianza, de credibilidad y de fe» por la forma en que la Iglesia está gestionando el problema. « La incoherencia entre lo que pretendemos ser y lo que realmente hacemos , para mucha gente es razón y causa de un escándalo mayor», ha explicado el sacerdote jesuita, a quien el Papa Francisco le encargó coordinar la cumbre sobre los abusos de presidentes de conferencias episcopales que se celebró en 2019.

Zollner, que también ha analizado las conclusiones de cada una de las investigaciones que las conferencias episcopales han encargado a lo largo del todo el mundo, ha constatado que «cada uno de estos informes presenta la imagen de una Iglesia que no estaba dispuesta a hacer todo lo posible para acabar con el abuso y hacer justicia con las víctimas». «Es una situación difundida por todo el todo el mundo y esto es una cuestión fundamental para la vida de la Iglesia», ha añadido

«La impresión es que no se enteran», de lo que se está poniendo en juego, ha explicado. Para añadir que «estamos verdaderamente sorprendidos de constatar un comportamiento de muchos líderes de la Iglesia —no sólo uno, no solo una Conferencia Episcopal, no sólo una congregación— que han seguido el mismo procedimiento: negar, encubrir, enviar a los abusadores de un lugar a otro y así continuar el mal en el seno de la Iglesia».

En ese sentido, ha destacado que «la actitud 'clericalista'» dentro de la Iglesia es una de las razones fundamentales de los abusos , aunque no la única. Un clericalismo del que también participan «algunas actitudes de laicos y laicas» y que deriva en una posición «de lucha contra el mundo, lo que significa que estamos construyendo un castillo cerrado».

Zollner, que ha participado en las VI Conversaciones PPC, ha reconocido que ciertos periodistas «son enemigos de la Iglesia», pero ha explicado «que la crítica de los medios de comunicación se basa en hechos« por lo que «si no hubiera casos de abusos, los periódicos no podrían escribir de esto , si no hubiera encubrimiento, no habría escándalo». Así, para no alimentar este tipo de noticias «la primera tarea es acabar con los escándalos y limpiar y lo que hay que limpiar», ha zanjado.

El jesuita, que además de teólogo es psicólogo, ha subrayado que en sus reuniones con víctimas, en más de 70 países, siempre ha escuchado de ellas que «la institución que se propone como Iglesia, que quiere acompañar a personas heridas, a los pobres, me ha olvidado a mí, a la persona que ha sido herida dentro de la Iglesia ». «No me escuchan, me enfurece que se desentiendan de su responsabilidad», confesó que era una de las frases que más le repetían quienes habían sido abusados.

«Las víctimas hablan de que el abuso les causó un daño enorme, pero muchas veces el daño es mayor cuando, después de cuarenta años, van a buscar ayuda», ha señalado Zollner. «Después de décadas de convivencia con un dolor invisible llega al momento de poder hablar de un secreto muy feo de su vida, pero se encuentran puertas cerradas, corazones aplastados y dificultad para encontrar una persona 'humana' dentro de la Iglesia con una actitud de escucha y acompañamiento». Por eso, añadió, «mucha gente ha dejado la fe».

En respuesta a los medios, tras su conferencia, Zollner ha reconocido que la «sorprendería mucho» que los resultados de las comisiones de investigación sobre los abusos en España no confirmasen una situación similar a la de otros países de nuestro entorno. «Los números no serán muy diferentes a lo que sabemos de todos los informes de los últimos años. En todo el mundo, en los años 60, 70 y 80 hubo del 3% al 5% de curas acusados , aunque la acusación no es una confirmación de culpabilidad», ha aclarado.

En todo caso, Zollner ha pedido que no se olvide que detrás de cada cifra «hay personas heridas». « Los números son una cosa y las vidas destruidas son otra , porque, a veces, mi impresión es que los números escandalizan al gran público pero se olvida que detrás de cada número hay una vida destruida», ha subrayado.

El jesuita se mostró favorable a que la Iglesia española no forme parte de la comisión que está constituyendo el Defensor del Pueblo porque «correría el peligro de influenciar, de intervenir de una manera no apropiada» . También consideró que la vinculación con el Opus Dei de Javier Cremades, presidente del despacho de abogados al que la Iglesia ha encargado su auditoría , no debe suponer un problema para el desarrollo de sus trabajos y que, por el contrario, hará que sus conclusiones «tengan un mayor escrutinio» por parte de la sociedad.