El obispo Rolando Álvarez es condenado a 26 años de cárcel por «traición a la patria»

Según Ortega, Álvarez fue trasladado desde su vivienda, donde estaba confinado casa por cárcel, hacia las instalaciones de la Fuerza Aérea para abordar junto a los otros presos políticos un avión con destino a Washington. El líder sandinista relató que el obispo estaba en la fila, pero antes de subir las gradas del aeroplano dijo que primero tendría que hablar con sus obispos.

«Empieza a decir que él no se va, que primero tendría que hablar con los obispos y exige una reunión con los obispos, cosa absurda», enfatizó el mandatario. «Yo no sé qué piensa este señor, que frente a una decisión del Estado nicaragüense, dice que él no acata una resolución de un tribunal de justicia del Estado nicaragüense que lo está mandando a irse del país», agregó.

Ortega dijo que al recibir la negativa, no lo podrían obligar a irse en el avión porque ese era uno de los acuerdos que Estados Unidos planteó al momento de aceptar la recepción de los presos políticos que se encuentran en territorio nicaragüense. Por lo tanto, Álvarez fue trasladado a la 'La Modelo', la principal cárcel para hombres de Managua, en la que también permanecen otros procesados por delitos comunes. Se desconoce bajo qué condiciones o en qué zona de la cárcel se encuentra el prelado. Hasta el momento, su familia no ha mantenido ninguna comunicación con él.

«Yo estuve 7 años y un mes preso y nunca conocí la historia de un prisionero que lo hubiesen tratado de esa manera como se trataba a este señor (Álvarez)», manifestó Ortega.

El 3 febrero, un juzgado de Managua programó para marzo de 2023 el juicio contra Álvarez, quien hasta el jueves se encontraba en arresto domiciliario en su vivienda. La Fiscalía, subyugada al mandato de Ortega, inició un proceso en su contra por los delitos de «conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas en perjuicio del Estado y la sociedad de Nicaragua». Entre los 12 testigos que declararán contra el religioso, uno de los más críticos contra Ortega, se encuentran tres policías, dos trabajadores del Estado y simpatizantes sandinistas.