El origen trumpista del lío republicano en la Cámara: mayoría escasa y diputados rebeldes

La representante Kat Cammack pronosticaba que no habrá 'speaker' durante «varios días, yo apostaría que semanas»

Matt Gaetz, un pirómano en el incendio republicano

El líder de la mayoría en la Cámara de Representantes, Steve Scalise, republicano de Luisiana AFP

Javier Ansorena

Corresponsal en Nueva York

Este viernes se cumplen diez días con una Cámara de Representantes de EE.UU. descabezada, en el signo más evidente de la disfunción política que ataca a la primera potencia mundial. La expulsión del que era presidente de la Cámara Baja, el republicano Kevin McCarthy, ... dejó a EE.UU. sin su tercera autoridad -es el segundo en la línea de sucesión al presidente-, con la agenda legislativa paralizada y en medio de un caos en la bancada republicana para encontrar sustituto.

Este jueves, en los pasillos del Capitolio, se sucedían los corrillos, las reuniones, las declaraciones y los rumores sobre los esfuerzos de los republicanos para encontrar a un nuevo 'speaker', el presidente de la Cámara. En la víspera, el grupo parlamentario apoyó por la mínima a Steve Scalise (113 votos) frente a Jim Jordan (99), pero eso está muy lejos de convertir al ganador en nuevo presidente del órgano legislativo.

Las peleas intestinas entre republicanos y su mayoría escasa hacían que fuera difícil pensar que Scalise ganara la presidencia si se sometía este jueves a votación del pleno de la Cámara. Los republicanos tienen 221 escaños, frente a 212 de los demócratas. Es decir, solo es necesario que cuatro republicanos no apoyen a su candidato -además del bloque en contra demócrata, que se da por seguro, al menos de momento- para que descarrile cualquier candidato republicano. Al cierre de esta edición, los republicanos habían renunciado a llevar la votación al pleno ante las evidencias de no contar con un caballo ganador.

La elección caótica de McCarthy el pasado enero, su histórica expulsión como presidente hace diez días -era la primera vez que ocurría en la historia de EE.UU.- y la incapacidad ahora para encontrar sustituto se entienden por esa pobre mayoría. Algunos responsabilizan de ella a la figura que domina al Partido Republicano desde 2015: Donald Trump.

En las elecciones legislativas del año pasado, los republicanos se frotaban las manos con una 'marea roja' que teñiría con el color del partido las cámaras del Congreso y las oficinas de gobernador de todo el país. Las elecciones de medio término suelen castigar al partido que controla la Casa Blanca. Pero además, las circunstancias eran inmejorables para restar poder a los demócratas, que controlaban por la mínima ambas cámaras: la popularidad de Joe Biden estaba hundida, no se había olvidado el bochorno de la salida de Afganistán, se acababan de batir récords en la entrada de inmigrantes indocumentados y la inflación galopantes comía el poder adquisitivo de las familias.

Los republicanos, sin embargo, consiguieron un resultado mediocre: los demócratas ampliaron su poder en el Senado y ellos solo consiguieron una mayoría mínima en la Cámara. Algunos culparon a Trump, que promovió candidatos radicales en distritos moderados, que fueron a parar a los demócratas.

Después, en enero, un grupo de diputados de su cuerda, liderados por Matt Gaetz, trumpista acérrimo, humillaron a McCarthy con quince votaciones para que consiguiera el cargo de presidente y solo lo logró a cambio de grandes concesiones (entre ellas, permitirles una moción de confianza en cualquier momento, que es lo que permitió su caída).

A puerta cerrada

Este jueves por la tarde, los republicanos se volvieron a reunir a puerta cerrada para tratar de encontrar consenso alrededor de Scalise. Al menos una docena habían dicho durante el día que no le apoyarían. Algunos aseguraban que seguirían apoyando a Jordan, el candidato que obtuvo el respaldo «total» de Trump para el cargo, pese a haber perdido la votación. Otros decían que volverían a votar a McCarthy, al considerar que se le había castigado de manera injusto. Algunos, como Troy Nehls, insistían en una idea que circuló poco después de la expulsión de McCarthy: votar a Trump como presidente de la Cámara, ya que es el «líder del partido». Ante este lío, la representante Kat Cammack pronosticaba que no habrá 'speaker' durante «varios días, yo apostaría que semanas».

El problema es que la Cámara tiene asuntos importantes que tratar y no puede aprobar nada si no tiene presidente. De manera urgente, una resolución de apoyo a Israel y ayuda para su socio en Oriente Próximo. Y, a la vuelta de la esquina, la aprobación de una ley de gasto que evite el cierre gubernamental, un asunto en el que, de nuevo, los republicanos están muy divididos.

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