Obama quiere dejar de combatir en Afganistán a finales de 2014
Washington propondrá a la OTAN una hoja de ruta para terminar la guerra
PEDRO RODRÍGUEZ
Bajo la premisa de que los refuerzos militares aportados por Estados Unidos han logrado avances suficientes en el frente de Afganistán, el presidente Obama tiene previsto plantear ante la cumbre de la OTAN, convocada para este fin de semana en Lisboa, una hoja de ruta ... para terminar con la guerra precipitada tras el 11-S, que ya ha resultado más larga que el conflicto de Vietnam. El plan contempla empezar a transferir responsabilidades de seguridad al gobierno de Kabul en una serie de zonas del país durante los próximos 18 a 24 meses. Todo con el objetivo de que el Pentágono y sus aliados puedan poner fin a sus operaciones de combate en diciembre del 2014.
Esta iniciativa a cuatro años vista, avanzada ayer por el «Washington Post» y el «New York Times», pasa por ser la fórmula más concreta esbozada hasta el momento por la Casa Blanca como estrategia para salir de Afganistán. Y supone en la práctica asumir el calendario fijado con anterioridad por el presidente afgano Hamid Karzai, más allá del compromiso del presidente Obama, quien al triplicar las fuerzas de Estados Unidos en el frente de Afganistán anunció el comienzo de una retirada a partir del verano que viene.
El nuevo planteamiento estratégico de Estados Unidos, de acuerdo a los detalles facilitados por la Administración Obama, sigue bastante la experiencia de Irak. Con una cronología bastante similar al despliegue de más tropas ordenado por el presidente Bush en el 2007 . Entonces se decidió la entrega al gobierno de Bagdad de las responsabilidades de la seguridad región por región, y el final de operaciones de combate logrado el verano pasado, con la retirada de dos tercios de las fuerzas del Pentágono desplegadas en el frente iraquí.
Según habrían destacado altos cargos del actual gobierno de Estados Unidos, «Irak es un precedente bastante decente para organizar la transición en Afganistán».
Las fuerzas militares y policiales de Afganistán cuentan en la actualidad con unos 260.000 militares. Con planes para llegar hasta 350.000 para el año 2013. Aunque durante los últimos años, estos objetivos se han visto comprometidos por una carencia de instructores de la OTAN, fracasos evidentes sobre el terreno y continuas deserciones, con unidades enteras que se han pasado con armas y bagaje a las filas de la insurgencia.
Transición «guerrera»
La Administración Obama habría ya empezado a calibrar qué partes de Afganistán pueden ser transferidas a las fuerzas de Kabul, con una lista que podría quedar fijada para Navidades o comienzos del año que viene. Se espera que en esa relación de prioridades, las zonas más duras como Khost o Kandahar queden relegadas al final de un proceso que terminaría en el 2012, siempre que las condiciones de seguridad lo permitan.
Durante ese periodo de transición, las tropas de Estados Unidos y de la OTAN mantendrían intacta su actual capacidad para poder responder de forma rápida a cualquier reto en el territorio de Afganistán. Pero para finales del 2014 debería comenzar la retirada de la mayor parte de los 100.000 efectivos americanos y de las tropas aportadas por la Alianza Atlántica. Aunque un sustancial contingente permanecería para misiones de puntuales de asistencia. Al estilo de los 50.000 militares que el Pentágono mantiene todavía en Irak.
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