La misión de la OTAN en Kosovo aumenta su presencia en la frontera norte con Serbia

«Instamos a todas las partes a abstenerse de acciones que puedan aumentar las tensiones o causar una escalada», reclama la KFOR.

La región de Mitrovica, al norte del Kosovo, ha sido escenario de tensiones y escaladas violentas en los últimos tiempos. Los recientes incidentes derivan de los comicios locales en el mes de abril, los cuales fueron boicoteados por la comunidad serbia, mayoría en la parte norte del país. Fue durante la toma de posesión de los nuevos alcaldes, de etnia albanokosovar, cuando se generaron enfrentamientos y donde finalmente tuvo que intervenir la Policía de Kosovo, lanzando incluso gases lacrimógenos. Tras estos incidentes, Serbia anunció que ponía a sus militares en «alerta de combate» y envió a sus tropas a la frontera con Kosovo.

En el texto, la KFOR promete trabajar para que haya «un ambiente seguro» y «libertad de movimiento para todas las comunidades». Estas son las líneas generales del mandato fundacional de la KFOR recogidas en la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en 1999.

En Leposavic, cerca de la frontera con Serbia, las tropas estadounidenses que forman parte de la KFOR se han desplegado, según ha publicado Reuters, con equipos antidisturbios y han colocado alambres de púas alrededor del edificio municipal para protegerlo de los cientos de serbios que continúan manifestándose alrededor de los edificios municipales. Las tropas de la misión de la Alianza Atlántica también actuaron para proteger los ayuntamientos de Zubin Potok y Mitrovica de posibles amenazas. Varios manifestantes han pintado con spray un vehículo de la KFOR frente al edificio del municipio en Zvecan.

La OTAN ha estado dirigiendo una operación de apoyo a la paz en Kosovo, la Fuerza de Kosovo (KFOR), desde junio de 1999. La KFOR se estableció cuando terminó la campaña aérea de 78 días de la OTAN contra el régimen de Milosevic, destinada a poner fin a la violencia en Kosovo.

Hoy, aproximadamente hay 4.000 soldados de la Fuerza de Kosovo (KFOR) dirigida por la OTAN, proporcionados por 28 países.

Los serbios, que son mayoría en el norte de Kosovo, nunca han aceptado su declaración de independencia de Serbia de 2008 y todavía ven a Belgrado como su capital más de dos décadas después del levantamiento de los albanokosovares contra el represivo Gobierno serbio .

Serbia también se ha negado a reconocer un Kosovo independiente. Los albaneses étnicos representan más del 90% de la población de Kosovo en su conjunto, pero los serbios del norte exigen la implementación de un acuerdo negociado por la UE de hace una década para la creación de una asociación de municipios autónomos en su área.

Estados Unidos y sus aliados, que han respaldado firmemente la independencia de Kosovo, reprocharon el viernes a Pristina por la escalada de tensiones con Serbia y dijeron que el uso de la fuerza para instalar alcaldes en áreas de mayoría serbia socava los esfuerzos por normalizar las relaciones.

El domingo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, instó al Gobierno de Albin Kurti a atenuar las tensiones con Serbia. «Pristina debe reducir la escalada y no tomar medidas unilaterales y desestabilizadoras», dijo Stoltenberg en un tuit.

Después de una llamada telefónica con el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, Kurti, tuiteó: «Llamo a que los alcaldes electos brindarán servicios a todos los ciudadanos».

Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Serbia, Ivica Dacic, criticó a la televisión estatal RTS que «no es posible tener alcaldes que no hayan sido elegidos por los serbios en los municipios de mayoría serbia».