Un asesinato político mide la temperatura de las elecciones brasileñas

Jorge Guaranho, un policía penitenciario federal, seguidor de Bolsonaro, irrumpió el domingo en la fiesta de Arruda que celebraba sus 50 años homenajeando una posible victoria de Luiz Inácio Lula da Silva. "¡Aquí somos Bolsonaro!", gritó Guaranho dándole tres disparos a Arruda, que reaccionó dándole otro tiro a su agresor. Arruda no sobrevivió y Guaranho fue llevado herido al hospital, donde se le notificó que pasaba a prisión preventiba.

Poco antes, Guaranho, que no era conocido por la familia de Arruda y no había sido invitado, entró al local haciendo amenazas. Fue recibido por la esposa de Arruda, Pamela Silva, que es policía, y le presentó sus credenciales, pidiéndole que se retirara. Arruda deja una hija de tan solo 40 días.

Lula y el PT difundieron sendos comunicados lamentando esta tragedia. El líder del Partido de los Trabajadores se solidarizó con la familia y recriminó "un discurso de odio estimulado por un presidente irresponsable”, en alusión a Bolsonaro. Lula pidió “democracia, diálogo, tolerancia y paz”, además de "solidaridad" y "comprensión", con la familia del agresor.

Bolsonaro, por su parte, se pronunció, como lo hace habitualmente, vía redes sociales. El presidente repudió la violencia, pero sin dejar de atacar a la izquierda. "Que las autoridades investiguen seriamente lo sucedido y tomen todas las medidas oportunas, así como contra los calumniadores que actúan como buitres para intentar perjudicarnos las 24 horas del día", declaró, agregando en su mensaje que es la izquierda la "que acumula un innegable historial de episodios violentos".

La última encuesta, divulgada este lunes por el banco BTG, muestra a Lula favorito en primera vuelta, con el 41% de los posibles votos, mientras Bolsonaro, aparece con 32%. Desde las elecciones de 1994, todos los presidentes fueron reelectos, por lo que la posición de Bolsonaro no es muy cómoda, pese a que faltan aún tres meses y las campañas mal comenzaron. Lula, a su vez, viene liderando las encuestas desde el año pasado, pero ha reducido su ventaja.

Con una comunicación más agresiva, el discurso de Bolsonaro y de sus hijos tiene siempre referencias violentas e indirectas sobre no aceptar una derrota. El jueves, durante una transmisión en vivo, Bolsonaro le dijo a sus militantes: "No necesito deciros lo que pienso, ni lo que está en juego. Ya sabéis cómo debéis prepararos, no para un nuevo Capitolio, nadie quiere invadir nada. Pero sabemos lo que tenemos que hacer antes de las elecciones".

Su hijo, Carlos, responsable por las comunicaciones del presidente en campaña, se tomó recientemente una foto frente al Capitolio, diciendo que sería criticado por la izquierda por una simple imagen. Y su hijo Eduardo, que es diputado, celebró su cumpleaños número 38 este domingo, con una pastel en forma de revólver 38, en una foto en la que soplaba las velas junto a su esposa y a su hija bebé.

La violencia de este fin de semana ha puesto en alerta a los partidos y a las autoridades electorales sobre la temperatura, bastante alta de estas elecciones.