Merz cierra un acuerdo con Los Verdes para romper el techo de deuda constitucional y rearmar a Alemania

Gracias a esa reforma, además de una línea de crédito ilimitada para gasto en defensa, el nuevo Gobierno alemán podrá implementar un fondo especial para infraestructuras de 500.000 millones de euros. De ellos, 100.000 irán a parar a la protección del clima y la transición energética como fruto de este acuerdo. Esta ha sido la convincente contraprestación que ha vencido la resistencia presentada por Los Verdes el jueves, en el Parlamento, en un apoyo negociado sin apenas discusión.

Los líderes de los grupos parlamentarios conservador (CDU), socialdemócrata (SPD) y verde se sentaron juntos el viernes, antes de las 13:00 horas, y pocos minutos después la CDU anunció que, a falta de flecos, la base del acuerdo ya está sellada. «Alemania ha vuelto», salió a anunciar a los suyos el jefe de los negociadores socialdemócratas, Lars Klingbeil, quien subrayó que este compromiso «fortalecerá el papel de Alemania en la UE». «Lo que estamos enviando es una señal histórica», celebró también, y anotó que las conversaciones con los Verdes han hecho que el paquete sea «aún mejor» y que «este país es el que más gana».

Todavía no se conocen los detalles sobre hasta qué punto deberá garantizarse que el gasto en infraestructuras incluya solamente inversiones adicionales, una cuestión que Los Verdes habían enfatizado a última hora como condición para la aprobación. «Lo que no vamos a hacer es financiar la habilitación de un gobierno hasta el mínimo común denominador mediante la concesión de préstamos para él», había declarado a su entrada a la reunión el todavía ministro de Economía en funciones, el verde Robert Habeck, en referencia a la garantía de que el fondo especial de 500.000 millones de euros para infraestructuras debe establecerse solamente para proyectos adicionales. «No puede ser que la CDU y el SPD lo utilicen para financiar promesas electorales», dijo el ministro.

Este fondo especial, por otra parte, ya le está costando caro al Gobierno federal. Desde que se hicieron públicas las intenciones finalmente acordadas, las tasas de interés de los bonos estatales a diez años, el Bund, han aumentado notablemente, del 2,5 por ciento al 2,9 por ciento. Si se utiliza este rango como base para todos los vencimientos, la deuda de un total de 371.000 millones de euros prevista para 2025 supondrá una carga adicional para el presupuesto federal de unos 1.500 millones de euros al año.

A cambio, queda despejado el camino para la ayuda militar a Ucrania, para la compra de equipamiento y ampliación del personal de las Fuerzas Armadas alemanas y para el programa de rearme a escala europea. Así lo explicaba el viernes el portavoz del Gobierno, Steffen Hebestreit. «Entiendo que el canciller así lo adelantó: si la contrafinanciación está en su lugar, entonces nada se interpone en el camino de tal regulación, se podrá hacer rápidamente».

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Hebestreit se veía el viernes en la extraña tesitura de servir de portavoz al hasta ahora líder de la oposición sin que aparentemente supusiese para él un problema. Explicaba con solvencia el contenido de un acuerdo que no ha sido iniciativa del Gobierno al que representa, una administración en funciones, sin capacidad ejecutiva formal y que se ha limitado a apoyar el proyecto de su sucesor, Friedrich Merz. Este ganó las elecciones pero todavía no ha formado su propio Gobierno ni ha jurado el cargo de canciller alemán. «Señoras y señores, en vista de la situación de seguridad en Europa, que ahora es verdaderamente preocupante en todos los sentidos, y en vista de los desafíos económicos a que nos aboca, cada vez mayores, tolerar decisiones de gran alcance, como esta modificación de la Ley Fundamental, es la única respuesta», justificó Merz la excepcionalidad del momento.

La votación parlamentaria en que será aprobada esta reforma del freno a la deuda en la Ley Fundamental, muy posiblemente el lunes, también será excepcional. El nuevo Bundestag no se constituye hasta el 25 de marzo y la reforma constitucional será votada por el antiguo, anterior a las elecciones del 23 de febrero.

A última hora del viernes, muy oportunamente, el Tribunal Constitucional Federal anunciaba su rechazo a las seis demandas presentadas en Karlsruhe contra estas sesiones parlamentarias por el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) y por el Partido de la Izquierda. El Segundo Senado decidió que, según el artículo 39 de la Ley Fundamental, el periodo electoral del antiguo Bundestag solo terminará cuando se constituya el nuevo Bundestag. «Hasta entonces, el antiguo Bundestag no está limitado en sus posibilidades de acción», aclaró el Tribunal Constitucional, que en su dictamen deja constancia de que «el 20º Bundestag alemán no carece de legitimidad constitucional».

Queda también despejado el camino para la última ronda de negociaciones entre CDU y SPD para formar la próxima gran coalición, un pacto que depende del freno a la deuda. En este último tramo se encargan del acuerdo varios políticos especialistas en este tipo de negociaciones. Al cabo de diez días, el fin de semana que viene, los 16 grupos de trabajo, cada uno con 16 miembros, estarán listos y entregarán el resultado de sus consideraciones sustantivas a la ronda final, en la que participará un total de 19 políticos destacados de los dos partidos. Finalmente, firmarán los líderes.

El objetivo de los negociadores es acortar cuanto puedan el proceso. Se pondrá negro sobre blanco, en el texto del acuerdo, desde las normas de trabajo en conjunto de los partidos del gobierno, hasta los protocolos de comunicación e intercambio de información entre las partes. En esto está trabajando un grupo de especial de negociadores para este propósito, aunque más pequeño que los demás.

Por el lado de la CDU, el secretario general, Carsten Linnemann, el primer secretario parlamentario del grupo parlamentario de la Unión, Thorsten Frei, y el presidente del grupo de la CSU, Alexander Dobrindt, llevan la voz cantante. Por el SPD, lo hacen el secretario general, Matthias Miersch, y el comisario para Europa del Este, Carsten Schneider.

Para seguir minuto a minuto la negociación y estar disponible para cualquier consulta, Friedrich Merz ha cancelado hoy su reunión con los presidentes de las cuatro principales asociaciones de la economía alemana, en la Feria Internacional de Artesanía de Múnich. Esta reunión de los presidentes de ZDH, la Confederación de Asociaciones de Empleadores Alemanes (BDA), la Federación de Industrias Alemanas (BDI) y la Cámara de Industria y Comercio Alemana (DIHK) con los principales políticos, al margen de la feria tiene una larga tradición.

Además se siguen tomando decisiones a toda prisa en la directiva de la CDU para cubrir los nuevos cuadros de la legislatura en tiempo récord. Según fuentes de la Casa Konrad Adenauer, por ejemplo, se ha decidido que Julia Klöckner se convertirá en la nueva presidenta del Bundestag.