Macron busca jefe de Gobierno tras un parón de mes y medio
Ninguna opción parece ideal y todas son susceptibles de ser bloqueadas o no encajar con las directrices del presidente francés
Francia, en una crisis sin precedentes
El presidente francés, Emmanuel Macron, habla en una ceremonia
Emmanuel Macron inicia este viernes una consulta con todas las fuerzas políticas parlamentarias que debiera culminar con el nombramiento de un o una jefa de gobierno que debiera conducirlo a la guillotina política o enterrarlo en el lujoso féretro del palacio del ... Elíseo.
Macron recibirá este viernes a los representantes del Nuevo Frente Popular (NFP, que integra a todas las izquierdas), de Renacimiento y los grupúsculos presidenciales, y Los Republicanos (LR, derecha tradicional). El martes debiera recibir a Marine Le Pen.
Agrupación Nacional (AN, extrema derecha), el partido de Le Pen, es el primer partido de Francia: pero no tiene mayoría parlamentaria. La Francia Insumisa (LFI, extrema izquierda), el PS, el PCF y los Verdes, los miembros del NFP, tampoco tienen mayoría, están divididos, pero tienen más diputados. Renacimiento, los grupúsculos centristas y LR, tampoco tienen ninguna mayoría…
Ante esa Asamblea Nacional, sin precedentes en la historia de la V República, fundada entre 1958 y 1962, Macron sueña con una coalición de su partido y diputados conservadores y socialistas… Esa eventual coalición pudiera precipitar una moción de censura de las izquierdas y la extrema derecha.
Los portavoces presidenciales han anunciado que Macron elegirá un o una jefa de gobierno «con rapidez», entre la tarde del lunes y la tarde del martes. Todos los escenarios son negros o muy negros.
Si Macron eligiese a la candidata del NFP, Lucie Castets, responsable de las finanzas de la alcaldía de París, estaría condenado a cohabitar con un gobierno de izquierdas, cuyo programa está en los antípodas de los difuntos proyectos del presidente.
Si Macron eligiese a un candidato socialista, conservador o centrista, dispuesto a formar una coalición más o menos próxima el presidente, el gobierno correría el riesgo de una moción de censura con mucha rapidez.
Parece descartado un primer ministro de extrema derecha Jordan Bardella, del partido de Marine Le Pen, que anuncia una oposición dura, dispuesta a enfrentarse al presidente y a cualquier gobierno.
Se trata de una situación sin precedentes en la historia del régimen.
Durante la V República, la cohabitación entre un presidente y un gobierno de distinta sensibilidad política se ha producido en tres ocasiones.
Entre 1986 y 1988, François Mitterrand se vio forzado a cohabitar con un primer ministro, Jacques Chirac, jefe de un gobierno conservador. Mitterrand y Chirac estaban enfrentados en todo. Salvo en lo esencial. Con visiones distintas, ambos eran partidarios de la OTAN y la construcción política de Europa. El mismo escenario se repitió entre 1993 y 1995, cuando Mitterrand cohabitó con Édouard Balladur, primer ministro conservador.
Entre 1997 y 2002, Jacques Chirac se vio forzado a cohabitar con un primer ministro socialista, Lionel Jospin… con visiones distintas pero compatibles, en Europa y Occidente.
Veintidós años más tarde, el presidente Macron quizá esté obligado a cohabitar con un gobierno con proyectos muy distintos a los suyos, sobre Francia, sobre Europa, sobre la seguridad europea. Marine Le Pen saca una conclusión simple y brutal: «Macron no puede durar. Ningún gobierno podrá durar mucho. Esperamos con impaciencia las nuevas elecciones, dentro de un año. Antes, no será posible volver a disolver la Asamblea Nacional».