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Leopard, M1 Abrams... las claves del envío de carros de combate a Ucrania y cómo va a cambiar la guerra

El envío de armas con capacidad ofensiva supone un giro en el paso de la guerra cuando se va a cumplir un año del inicio del ataque ruso

M1 Abrams, Leopard 2 o Merkava israelí: ¿cuál es el tanque más letal de la guerra moderna?

Robles anuncia que España «está dispuesta» a enviar carros de combate Leopard a Ucrania

Un carro de combate Leopard 2, durante un ejercicio EFE
David Sánchez de Castro

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Alemania, después de muchos debates y peticiones, ha aprobado finalmente el envío de carros de combate Leopard 2 al frente de Ucrania. Es un cambio radical con respecto a lo que había pasado hasta ahora, cuando la ayuda a Ucrania se había basado en apoyar las capacidades defensivas del gobierno de Zelenski.

Hay numerosas preguntas al respecto, porque el giro que va a dar la guerra cuando se cumple prácticamente un año desde el ataque ruso es crítico. Qué ha cambiado para que Alemania ceda, la respuesta de Vladimir Putin, qué hará España o cuántos carros de combate se enviarán están entre algunas de las incógnitas.

El paso de Alemania ha sido clave, ya que los Leopard son de fabricación y diseño germano. Son ellos quienes debían dar el banderazo de salida para esta nueva fase del conflicto.

¿Qué ha cambiado?

Prácticamente desde el día 1 de la guerra, Volodímir Zelenski pidió ayuda a los aliados europeos. Desde el primer discurso dirigido a la comunidad internacional, el presidente ucraniano pedía apoyo no solo en términos económicos, sino militares: quería armas para defenderse.

Hasta el momento, el Consejo de Europa había aportado más de 3.100 millones de euros con cargo al Fondo Europeo de Apoyo a la Paz para «reforzar las capacidades y la resiliencia de las fuerzas armadas ucranianas y «proteger a la población civil de la agresión militar en curso». Las reticencias de los países con capacidad de creación y fabricación militar había evitado una aportación más tangible, que es lo que solicitaban desde Kiev.

El recrudecimiento de los combates en el Donbass, especialmente en las ciudades de Svatove, Kreminna y Bajmut, y el pretendido retroceso de las tropas rusas en varias regiones ocupadas ha colocado a las fuerzas ucranianas en un momento clave para tomar la ofensiva. El cambio de viento ha hecho que también los gobiernos de los principales aliados de Ucrania decidan aumentar el envío de armas.

Aunque la OTAN había movido ficha ya, especialmente en sistemas de defensa, han sido las actuaciones de Estados Unidos y de la Unión Europea las que han cambiado la estrategia. Desde Washington ya ven con buenos ojos el envío de los poderosos M1 Abrams, considerados los tanques más poderosos y letales del mundo, como una nueva fase de las ayudas que ha realizado el país desde hace meses. Lo que en principio fue artillería ligera, lanzaderas de misiles de mano Javelin o uniformes ha ido evolucionando en materiales militares más específicos, como el sistema de misiles móviles HIMARS.

El cambio de política del Pentágono va de la mano de la decisión de Olaf Scholz, el canciller alemán, que ya había recibido un ultimátum del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. La «pronta decisión» que pidió el martes ha recibido una respuesta clara: los Leopard 2 saldrán en dirección a Ucrania. Detrás de Alemania va el resto de países, empezando por Polonia, Noruega, República Checa o Finlandia que ya habían apretado las tuercas a Alemania para que diera el paso.

¿Cuántos carros de combate se van a enviar?

El número de carros de combate que van a desplazarse a los diferentes frentes en Ucrania será toda una demostración del grado de apoyo de los aliados.

Si los 12 países que ya han respondido a la llamada cumplen con lo prometido, el número total va a superar el centenar de carros de combate, de los que más de la mitad ya están confirmados: Alemania suministrará 14, los mismos que Polonia, mientras que Países Bajos mandará 18 y Noruega 8. A estos se unirán los Abrams M1 y Challenger 2s que van a llevar desde Estados Unidos y Reino Unido respectivamente.

Cinco días antes del OK del Bundestag al envío de los carros de combate, el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, ya había pedido un informe de la capacidad de suministro de los Leopard 2 por parte de las diferentes fábricas.

54 carros de combate Leopard 2

Alemania, Polonia, Países Bajos y Noruega ya han confirmado los primeros envíos

Rheinmetall y Redaktionsnetzwerk Deutschland, dos de los principales factorías de carros de combate, aseguraron que pueden entregar 22 y 29 Leopard 2A4 respectivamente de manera casi inmediata, y llegar a más de 150 a medio plazo, en torno a finales de 2023 o principios de 2024.

La evolución de la guerra determinará si son capaces de cubrir el aumento de la demanda que los países realizarán a partir de ahora.

¿Qué va a hacer España?

Pedro Sánchez avanzó en su comparecencia en el Congreso de los Diputados que la posición española irá en línea de lo que dicten los aliados. La ministra de Defensa, Margarita Robles, es quien definirá el número concreto de carros de combate, que se unirá a la formación de las tripulaciones, mantenimiento y abastecimiento de munición y combustible, entre otras tareas logísticas.

No es un cambio de la estrategia, ya que el Gobierno siempre ha ido de la mano de Bruselas. «España ha estado alineada en todo momento con las decisiones que se han ido tomando en el seno de la Alianza Atlántica respecto al apoyo a Ucrania para parar la guerra de agresión de Putin», afirmaron al respecto fuentes militares a ABC.

Aunque España tiene un total de 343 carros Leopard 2, según el informe anual de The Military Balance, muchos de ellos no están en condiciones mínimas para su envío y entrada en combate. De ellos, sólo habría unos 20 disponibles para estar totalmente operativos y en marcha.

Las reacciones han ido en la línea de lo esperado. Desde Podemos han criticado el envío, mientras que el Rey ha defendido el suministro de equipamiento militar.

¿Cuál ha sido la primera reacción de Rusia?

El envío de armas ofensivas por parte de los rivales de Moscú supone una escalada militar muy importante con respecto a lo visto en los últimos meses. Desde Rusia llevan tiempo advirtiendo de las posibles consecuencias.

El ministro de Exteriores ruso, Sergéi Lavrov, fue el primero en advertir que esto es una guerra total y que están dispuestos a ir hasta las últimas consecuencias por lo que consideran un ataque para «destruir todo lo ruso». «Ya no es una guerra híbrida, sino casi real, que Occidente ha estado preparando durante mucho tiempo contra Rusia, tratando de destruir todo lo ruso, desde el idioma hasta la cultura, que ha estado presente en Ucrania durante siglos, y prohibiendo a las personas hablar su idioma nativo», declaró desde Sudáfrica, donde se ha reunido con su homólogo Naledi Pandor.

En este sentido, los carros de combate de las fuerzas occidentales pueden reforzar el relato que desde el Kremlin están potenciando mediante sus órganos de propaganda.

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