Votar el destino de Europa

Pero el ejecutivo de Varsovia ha sabido jugar bien la carta de la guerra de Ucrania para convertirse por unos meses en el buen europeo, al hacer un esfuerzo extraordinario en ayuda militar y acogida de millones de refugiados. Mientras tanto, no ha dejado de socavar la independencia judicial, debilitar la libertad de expresión y hostigar a la oposición. Durante la campaña electoral, ha chocado directamente con Kiev por la exportación de su grano y se ha envuelto todavía más en la bandera. Ha tenido a su lado a los medios de comunicación públicos.

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MONNET & CO.

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José M. de Areilza

El programa de Ley y Justicia no contempla abandonar en ningún momento la Unión Europea (y más aún después del tiro en el pie que ha resultado ser el Brexit). Sus impulsores quieren seguir actuando de forma calculada como un viajero sin billete al que es imposible echar del autobús. Es decir, hacer lo justo para recibir fondos europeos y aprovechar a fondo el mercado interior, pero continuar su marcha hacia una democracia muy imperfecta, que relativiza los principios y valores enunciados en los tratados UE. Polonia es el quinto país en población de la Unión y es muy preocupante que siga enfrentada a las instituciones europeas por su desprecio al Estado de Derecho.

Otros miembros se miran en este pésimo ejemplo, la coalición iliberal crece y mina la integración. La invasión de Ucrania y la guerra de Israel contra Hamas subrayan la urgencia de convertir a la UE en un actor global más influyente, con capacidades en seguridad y defensa. El voto hoy en Polonia atañe a nuestro destino europeo.