Ampliaciones sin fecha

La gran ampliación al Este, iniciada en 2004, fue la primera que no fortaleció el proyecto de integración. La demanda de seguridad de los recién llegados solo pudo atenderla Estados Unidos. Con la invasión de Ucrania, la querencia hacia Washington se ha multiplicado. Además, Polonia y Hungría han debilitado sus Estados de Derecho y se comportan como viajeros sin billete. Hoy los gobiernos de Varsovia y Budapest aprovechan a fondo la pertenencia al club europeo, pero no respetan algunas de sus normas fundamentales. La gran mayoría de los actuales candidatos al ingreso en la UE provienen de los Balcanes Occidentales. Los seis tienen un tamaño pequeño y hacerles sitio complicaría aún más la toma de decisiones de las sobrecargadas instituciones de Bruselas.

Para que las siguientes ampliaciones sean un éxito, la Unión debe reformarse primero y profundizar en su unión política y económica, una tarea nada sencilla. España es el país que más se juega en este envite. La candidatura de Ucrania forma parte también del debate. EE.UU. le ha cerrado la puerta de la OTAN, pero apadrina la solicitud de Kiev ante la UE. La solidaridad con el pueblo ucraniano de los europeos no debe flaquear en una guerra que se alarga. A cambio, la Unión solo podrá tener más influencia global si mejora sus capacidades antes de agrupar a una treintena de socios muy dispares.