Xi promete «reforzar su apoyo» a Rusia pese a la presión de EE.UU. y la UE

«Lavrov transmitió al líder chino un cordial saludo y los mejores deseos de parte del presidente de la Federación de Rusia, Vladímir Putin», ha resumido el comunicado oficial difundido a posteriori por el ministerio de Exteriores ruso. «Ambas partes discutieron varios temas relacionados con los contactos políticos bilaterales [...], incluyendo los preparativos para la próxima visita del presidente ruso a la República Popular China».

Putin viajará al gigante asiático a principios de septiembre como invitado de honor del desfile militar que conmemorará el 80º aniversario del final de la II Guerra Mundial. El régimen devolverá así la cortesía otorgada a Xi, quien acudió a Moscú en mayo para asistir al festejo ruso de esta misma efeméride. A su paso por China el mandatario ruso también asistirá a la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS).

Xi, por su parte, ha afirmado que «los dos países deben poner en práctica el importante consenso alcanzado por sus dos líderes [en referencia a Putin y él], avanzar en el desarrollo de la asociación estratégica integral bilateral de coordinación, reforzar el apoyo mutuo a través de plataformas multilaterales y salvaguardar conjuntamente los intereses de desarrollo y seguridad».

A nivel global, China y Rusia deben «unir a los países del Sur Global y promover el desarrollo del orden internacional en una dirección más justa y razonable». En ese sentido, «la OCS desempeña un papel significativo en el mantenimiento de la paz, la estabilidad y el desarrollo en todo el continente euroasiático».

Esta organización agrupa a nueve países de Asia –más 3 observadores y 9 socios, algunos en Oriente Medio– y representa una de las plataformas mediante las que el régimen comunista pretende reconfigurar la comunidad internacional, que considera dominada por Occidente. También el motivo por el que Lavrov ha acudido a China, invitado a participar en su reunión de ministros de Exteriores, con el chino Wang Yi como anfitrión y acompañado, entre otros, del indio Subrahmanyam Jaishankar y el iraní Abbas Araghchi.

A finales de junio otra edición de este mismo foro reunió a los titulares de Defensa. Entonces el protagonista fue el iraní Aziz Nasirzadeh, quien se desplazó a Qingdao días después de que EE.UU. bombardeara las instalaciones nucleares del régimen islámico. Desde esta ciudad costera reclamó que China «continúe defendiendo la justicia, ayude a mantener el alto el fuego actual y desempeñe un papel más importante en la reducción de las tensiones regionales».

El encuentro de Xi y Lavrov se ha producido horas después de que Donald Trump anunciara nuevos suministros de armas a Ucrania y amenazara con imponer aranceles «muy severos» contra los socios comerciales que Rusia todavía mantiene si el país no pone fin a su invasión en un plazo de 50 días. Además, según informa el 'Financial Times', durante una conversación privada el presidente norteamericano había animado a Volodímir Zelenski a incrementar los ataques sobre territorio ruso, llegando incluso a ofrecerle misiles de largo alcance para golpear Moscú.

«La posición de China sobre la crisis en Ucrania es coherente y clara. Siempre hemos sostenido que el diálogo y la negociación son la única salida viable a la crisis. China se opone firmemente a cualquier tipo de sanciones unilaterales ilegítimas y a la jurisdicción de brazo largo», ha contestado el portavoz del ministerio de Exteriores, Lin Jian, durante la rueda de prensa diaria del organismo. «La coerción y la presión no conducirán a ningún resultado. Esperamos que las partes contribuyan a crear un ambiente y unas condiciones propicias para una solución política de la crisis en Ucrania, y actúen de manera que favorezcan el diálogo por la paz».

El representante gubernamental ha destacado asimismo que «China y Rusia mantienen una comunicación fluida y estrecha en todos los niveles, lo cual favorece la implementación oportuna de los consensos alcanzados por ambos presidentes, impulsa el desarrollo y la revitalización mutuos, y permite enfrentar conjuntamente los desafíos de un mundo volátil y en constante cambio».

Lavrov concluye así una gira que ha incluido un encuentro con el secretario de Estado Marco Rubio, durante la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) celebrada en Kuala Lumpur. Ambas delegaciones mantuvieron una conversación «franca e importante» en la que discutieron «nuevas ideas» sobre cómo alcanzar la paz en Ucrania. Rubio, no obstante, ya adelantó entonces la «decepción y frustración» de Trump «ante la falta de flexibilidad del lado ruso». Acto seguido puso rumbo a Pionyang, donde ratificó su flamante y reveladora alianza con el régimen norcoreano de Kim Jong-un.

La diplomacia china también compartió mesa con Rubio en Malasia, quien tomó asiento con el propósito de lograr que Xi use su influencia sobre Putin. «Creo que los chinos claramente han apoyado el esfuerzo ruso, y en general creo que han estado dispuestos a ayudarlos tanto como puedan sin ser descubiertos», prevenía Rubio antes de entrar a la sala.

La siguiente etapa consiste en la Cumbre UE-China, programada para la semana que viene, la cual venía a escenificar la celebración del 50º aniversario de las relaciones diplomáticas y quizá acabe en colisión. No solo por los profundos desequilibrios comerciales cuya resolución la UE reclama, sino también por Rusia.

En ese sentido, la inesperada franqueza del ministro de Exteriores Wang Yi en su reunión a principios de mes con la Alta Representante Kaja Kallas eliminó cualquier expectativa. Según recogió el diario 'South China Morning Post', el representante aseguró entonces que su país no quiere ver una derrota de Rusia en Ucrania, pues eso permitiría que EE.UU. focalizara su atención en China.