Aunque Carlos III fue proclamado como monarca el pasado 10 de septiembre, 2 días después del fallecimiento de la Reina Isabel. Ahora, tras largos meses de preparativos, Reino Unido tiene todo listo para un fin de semana de fastos con motivo de la ceremonia ... de coronación de Carlos III.
A lo largo del fin de semana, la capital británica, que ya se encuentra blindada bajo la Operación 'Orbe Dorado', asistirá a una celebración que no vivía desde el 2 de junio de 1953, año en el que Isabel II fue entronizada, y que se convirtió en el primer evento monárquico televisado en vivo.
70 años más tarde de uno de los hitos de la historia británica moderna, la Abadía de Westminster se convierte de nuevo el escenario principal en el que se desarrollará el acto central.
Ante más de 2.000 invitados, relucirán el cetro, el orbe y la corona de San Eduardo, la más antigua de las joyas de la monarquía, y utilizada exclusivamente para el instante de la coronación de los reyes. Posteriormente, Carlos III la sustituirá por la Corona del Estado Imperial, con la que el monarca y su esposa, la primera reina consorte desde 1937, Camila, saldrán al balcón de Buckingham Palace para saludar a sus súbditos, como ya hiciera su progenitora.
Pero las diferencias con la llegada al trono de Isabel II no solo serán notorias en la ceremonia. El contexto en el que se celebra la llegada oficial de Carlos III, el perfil y la imagen proyectada por el monarca, las polémicas que han rodeado a la familia, la indudable diferencia de carisma con la Reina Isabel II y un contexto nacional e internacional distintos marcarán la senda del nuevo monarca, que tendrá que activar los resortes necesarios para afrontar la nueva etapa de la histórica familia real británica.
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