Irán anuncia el indulto para 22.000 detenidos en las protestas

La cifra da idea de la magnitud de las manifestaciones que han recorrido estos seis meses todas las ciudades de Irán, al principio en protesta por la muerte en comisaría de la joven Mahsa Amini, detenida en Teherán por no llevar correctamente el velo islámico. Ese fue el detonante de una ola de bronca popular –la más grave desde la instauración de la dictadura de los ayatolás–, a la que se sumó la protesta por la represión de otras libertades y la miseria económica.

El anuncio de los indultos fue hecho por el presidente del Tribunal Supremo, y difundido por la agencia oficial de noticias. Teherán quiere hacer borrón y cuenta nueva con la mayor parte de los detenidos por la policía en estos meses de protestas, que han dejado centenares de muertes en la represión y unas cuantas penas capitales aplicadas contra algunos supuestos cabecillas. 'Presuntos' porque si algo tuvieron las manifestaciones fue la espontaneidad y la falta de liderazgo por parte de una oposición que no existe. La cólera estalló tras el 'caso Amini', y ha sido reprimida sin contemplaciones.

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Apagado este incendio, aún siguen las brasas de otro motivo reciente de indignación popular: la intoxicación de miles de alumnas para forzarlas a no ir a la escuela, siguiendo la estela de las medidas contra la educación de las mujeres que ha empezado a aplicar el régimen fundamentalista de Afganistán.

En un comunicado emitido el sábado por la noche, el Ministerio del Interior iraní anunció que la policía ha detenido a un centenar de «sospechosos» de estar detrás del intento de envenenamiento de un total de 5.000 alumnas en 230 colegios repartidos por el país. Las intoxicaciones comenzaron a finales de noviembre, cuando varias escuelas de niñas de la ciudad sagrada de Qom registraron casos de intoxicación con gas y sustancias tóxicas.

El comunicado afirma que muchos de los detenidos tienen «posibles vínculos con organizaciones terroristas», y menciona la más detestada por el régimen: los Muyahidines del Pueblo de Irán (MEK), una organización laica, de izquierda radical, que lucha desde hace muchos años contra los ayatolás y tiene su base en Albania. La acusación, que no tiene ningún sostén lógico, solo va a servir para indignar más a las familias de las niñas afectadas, y demuestra la falta de interés –y de transparencia– de un régimen, que con este suceso parece apuntar a la existencia de corrientes internas de un islamismo aún más radical que el oficial.