La gresca en la Casa Blanca deja a los ucranianos en 'shock'

«No sé realmente que decir. Estoy en 'shock'. Yo esperaba que, después de esta reunión, la paz estuviese más cerca. Todavía estoy viendo lo que dicen las noticias», cuenta a ABC Anna Karbuik, una empresaria de Odesa. Lo cierto es que esta reunión pasará a la historia como uno de los momentos más vergonzosos de la política internacional.

Roman Jrument, vecino de Kiev de 27 años, considera que ni el presidente de Estados Unidos ni su mano derecha saben realmente lo que es la diplomacia. «Trump olvidó que no somos un país de payasos y no podemos aguantar este tipo de 'bromas'. Perdemos vidas cada día. Ellos saben que estamos en una mala situación y saben que nos dieron mucho armamento, y por eso piensan que pueden hablarnos así. Creo que él [Trump] se retrató. No podemos confiar en nadie, sólo podemos cooperar con los países europeos y seguir luchando», dice por teléfono Jrument a este diario.

La sociedad ucraniana consideró una ofensa nacional que Trump llamase a Zelenski «dictador» y cuestionase su legitimidad la semana pasada. Tras la bochornosa reunión, que pareció casi premeditada, el enfado y la frustración son mayúsculos.

El viaje de Zelenski terminó sin ninguna firma del controvertido acuerdo de recursos naturales exigido por Washington. Y tampoco hay ningún atisbo de garantías de seguridad para el futuro.

En un comunicado posterior al desencuentro, el republicano manifestó que su homologo ucraniano no «está preparado para la paz». Poco tiempo después el presidente del país invadido por Rusia reiteró su agradecimiento a Estados Unidos en un mensaje de X: «Gracias, Estados Unidos, gracias por su apoyo, gracias por esta visita. Gracias @POTUS [en referencia al mandatario estadounidense], al Congreso y al pueblo estadounidense. Ucrania necesita una paz justa y duradera y estamos trabajando precisamente para conseguirlo».

Las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania no han sido reconducidas. Este era quizás el principal objetivo de Zelenski en su viaje oficial. La situación sigue siendo complicada en el frente y Washington había sido el principal valedor de Kiev en el suministro militar. Hasta ayer, las entregas de armas se mantenían, pero todo está en el aire a partir de ahora.

«El peor momento en las relaciones bilaterales entre Estados Unidos y Ucrania desde su inicio, cuando Ucrania está librando una guerra por su propia existencia. ¿Cómo podemos construir relaciones mutuamente beneficiosas con Estados Unidos bajo esta Administración si el presidente ucraniano no es escuchado, literalmente, y se ignoran sus intereses legítimos en tiempo real?», manifestó en redes sociales el politólogo ucraniano Mikola Bielieskov. El analista militar y columnista Tatarigami destacó: «Sí, el presidente ucraniano resistió el golpe con dignidad en términos de cobertura mediática, pero no debemos olvidar que Trump puede tomar decisiones emocionales. Así que el viaje a Washington fue un error estratégico».

También hubo ayer reacciones de apoyo por parte de representantes de países europeos, como España, Alemania y Francia. Pero estas declaraciones, por sí solas, no van aportar mucho al esfuerzo bélico de Ucrania. La guerra a gran escala encara su cuarto año y la perspectiva ante un eventual bloqueo de la ayuda militar de Washington es sombrío.