Las elecciones americanas y las dos principales guerras

Sin los resultados electorales, que se conocerán el próximo 5 de noviembre, las hipótesis son variadas y lo cierto es que la situación actual es muy compleja. Pese a que las posiciones están estancadas en Ucrania, se pueden anotar algunas novedades. El país de Zelenski ocupa parte del territorio fronterizo ruso en Kursk y a falta de la autorización americana, ha pedido utilizar armas de largo alcance en territorio ruso.

Por su parte, Rusia ha aumentado el número de ataques sobre Ucrania, en particular en Kiev, y ha renovado su armamento nuclear para anticipar el uso de armas occidentales en su territorio. Actualmente no existen condiciones para comenzar las negociaciones para terminar con el conflicto.

El «plan de la victoria» de Volodímir Zelenski que ha presentado a sus aliados para negociar con Rusia en una próxima conferencia de paz no convence al Gobierno estadounidense y al mismo tiempo irrita al Kremlin. Tras el 5 de noviembre, ¿será posible construir las condiciones necesarias para una paz justa sin que los principios del derecho internacional resulten dañados?.¿Qué papel jugará Europa ante la posible entrada de Ucrania en la OTAN?

En Oriente Medio la actualidad es aún más dramática y complicada. Israel combate y responde a Hamás y a Hizbolá con la muerte de sus líderes. Además, combate y responde a Irán que en varias ocasiones ha augurado su desaparición.

Asediado por los terroristas, después del inolvidable y horrible 7 de octubre, ha optado por el uso de la fuerza, con consecuencias dramáticas para los ciudadanos víctimas de los ataques y de los terroristas de Hamás que son utilizadas como escudo y como propaganda para aislar a Israel internacionalmente.

Desde hace un tiempo, sin conseguirlo, Estados Unidos, la poco decisiva Naciones Unidas y muchos países europeos piden una tregua entre todos los protagonistas del conflicto con el objetivo de ayudar a las víctimas y liberar a los rehenes que siguen en las manos de Hamás.

El objetivo de llegar a una tregua con Hamás, que utiliza al pueblo palestino para defender sus propositos de aniquilar el estado de Israel, parece muy difícil y para muchos israelíes inaceptable. Con esta situación, en los albores del aniversario del 7 de octubre, Israel acelera sus iniciativas militares y de inteligencia con el plan de invadir el sur del Líbano .

Netanyahu confía en la ayuda de Estados Unidos y en la posición de una parte del mundo árabe, antagónica a Irán, que ve en la acción militar israelí la oportunidad para debilitar a Irán y reducir sus milicias en Palestina, Líbano y en Yemen. Con Oriente Medio dividido y conflictivo, ¿conseguirá Israel debilitar a Irán y a sus mandatarios en la zona?.

El Gobierno iraní, que busca finalizar el conflicto por motivos de contrastes y debilidades internas, ¿podría ver la intervención de otras potencias militares como Rusia? ¿Hasta cuándo los países suníes apoyarán a Israel? ¿Existe un plan al finalizar la guerra? ¿La idea de 'dos pueblos dos Estados' es viable sin un interlocutor palestino fuerte y reconocido, considerando que Abu Mazen no lo es y nunca podrá serlo Hamás?

El 5 de noviembre no tendremos todas las respuestas a estas preguntas, pero podremos obtener las primeras conclusiones.

Teniendo en cuenta que todos los conflictos no se fundamentan únicamente en la conquista de meros territorios, sino que son representados de manera estratégica bajo el punto de vista de la posición geográfica, de los intereses económicos, energéticos y de las materias primas, los intereses estadounidenses y el resultado de las elecciones serán determinantes para resolver los diversos conflictos y marcarán la evolución de la geopolítica mundial, influyendo en nuestra Europa.