Fleur Hassan-Nahoum, vicealcaldesa de Jerusalén: «Mañana puede terminar la guerra si Hamás libera a todos los rehenes»

Nacida en Londres, se crio en Gibraltar y regresó a la capital inglesa para estudiar Derecho, por eso domina a la perfección el castellano y el inglés. «Siempre fui sionista y por eso con mi marido decidimos mudarnos a Israel en 2001». Era la segunda intifada, «toda mi familia nos decía que si estábamos locos, pero teníamos que estar ahí».

De familia con estrechos lazos en la política, su padre fue el primer ministro de Gibraltar, no dudó en seguir su ejemplo y desde 2018 ejerce como vicealcaldesa de Jerusalén y portavoz en materia de relaciones internacionales.

Tras una reunión en el Ayuntamiento de Madrid, viajará a Barcelona donde tenían agenciado una reunión con el alcalde de la ciudad y su equipo que, por motivos que desconocen «no han dicho el porqué», han cancelado. «Será por razones políticas», comenta.

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D.S. / Agencias

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-Jerusalén es una ciudad donde conviven la comunidad judía, musulmana y cristiana, ¿Cómo ha afectado esta guerra?

Mejor de lo que yo pensaba, porque estamos viendo el resultado de años de esta administración y las anteriores. El covid, aunque parezca mentira, también nos ayudó porque tuvimos que colaborar todos con todos. En esos momentos, las dos comunidades teníamos un enemigo en común: el virus, y trabajamos y colaboramos mucho juntos.

Sí que ha habido en este tiempo ataques y atentados pero la mayor parte de los árabes de Jerusalén no se quieren meter en esta guerra. Ellos, si les preguntas si finalmente se creara un estado palestino dónde les gustaría vivir, prefieren estar aquí, en Jerusalén, porque saben que la alternativa es mucho peor.

-¿Cómo recuerda el 7 de octubre?

Escuchamos las sirenas muy temprano, algo inusual en Jerusalén porque allí es verdad que no ha habido amenazas de bombardeos. Ten en cuenta que está la mezquita de Al-Aqsa e imagínate que en un ataque la destruyen...

Al oír la quinta sirena nos fuimos al refugio que tenemos en casa y estuvimos ahí viendo en directo lo que estaba ocurriendo en los kibutz.

En seguida me empezaron a llamar desde las televisiones, y si me llamaban a mi, porque soy la portavoz y la encargada de las relaciones internacionales de Jerusalén, y no al portavoz del Ejército o del Gobierno, es porque algo grave estaba pasando.

-¿Qué falló ese 7 de octubre?

Muchas cosas, pero sobre todo que no se tomaron en serio las amenazas. Había mensajes de que algo podía pasar, pero no se tuvo en cuenta. Fue un fallo de proporciones que nunca se han visto. Dejaron la frontera de Gaza casi sola, sin ninguna supervisión.

-Por esto, Benjamin Netanyahu ha tenido muchas críticas, y además venía de una de las mayores crisis que se recuerda en Israel.

Tuvimos ocho meses malísimos de una división horrorosa y yo creo que esto lo aprovechó Hamás porque vieron lo que estaba pasando en nuestro país. Dijeron: 'esta es la nuestra, se están matando entre ellos y hay que aprovechar'. Con el inicio de la guerra, todos nos unimos en un enemigo común y estamos todos en un mismo barco, pero comprendo las críticas que, por ejemplo, las familias de los rehenes están haciendo. Aunque sí creo que el Gobierno está haciendo lo máximo para sacar a los que quedan de Gaza.

-Se han cumplido 100 días de guerra y las cifras de muertes en Gaza que da Hamás superan los 24.000 civiles (10.000 niños). ¿Es proporcionada la respuesta?

Cuando se mencionan los números, nadie habla de los combatientes de Hamás que están muertos. Entre 8.000 y 10.000 eran de Hamás. Nosotros tenemos la proporción más baja de civiles de cualquier conflicto moderno, pero aún así esa cifra no la sabemos porque es la que da Hamás y ya mintió con el ataque al hospital de hace unos meses.

-Pero la situación en Gaza, según todas las agencias internacionales es insostenible. Netanyahu dijo el domingo «nadie les detendrá, iremos hasta la victoria». ¿Cuál es esa victoria?

Y ¿por qué no abre la frontera Egipto? Solo lo está haciendo para enviar ayuda pero no para recibir a los gazatíes. La victoria no es ocupar Gaza, la victoria es desmantelar Hamás y devolver a los rehenes. A Hamás no le importan nada sus civiles porque son los primeros que se esconden entre ellos. En cada casa en que los soldados israelíes han entrado, han encontrado armas, cohetes y todo lo que te puedas imaginar. Ellos llevan años construyendo una infraestructura militar en medio y entre todos los civiles. Israel no está dispuesto a dejar que Hamás siga ahí. La obligación de un país soberano es de proteger a sus civiles.

-Sudáfrica ha acusado a Israel ante la Corte Penal Internacional de genocidio.

Esto no es un genocidio, porque un genocidio tiene una intención de matar. Aquí el objetivo es desmantelar la infraestructura de un grupo terrorista.

-¿Es la solución la formación de los dos estados?

Depende con qué liderazgo. Con Hamás no porque no quiere la existencia de Israel y lo dicen claramente y con la Autoridad Palestina (AP) las relaciones son malas. La AP no son la salvación, porque están muy débiles son muy corruptos. Viven en palacios con aviones privados mientras la gente se muere de hambre. Ellos no han hecho nada. Abbas no ha hecho nada para ayudar a su gente. ¿Con quién puede Israel negociar la solución de dos estados? Salimos de Gaza en 2005 para darles la oportunidad de crear algo que empezara a ser un estado.

-Hizbolá y Líbano, los hutíes en Yemen o Irán... ¿Teme que esto se convierta en un conflicto a gran escala?

El conflicto regional ya ha comenzado y lo peor es que occidente no está conectando: los hutíes están pagados por Irán, Hamás y Hizbolá, también; Siria se lo han cargado, Afganistán, también...Irán es el Hitler de hoy, todavía occidente piensa que Israel es el problema y no Irán cuando nuestro estado es la primera línea de defensa el mundo occidental el mundo libre.

-¿Cómo valora la posición de Pedro Sánchez?

Sánchez vino a Israel supuestamente en solidaridad y nos acusa en la frontera con Gaza a que estamos matando niños indiscriminadamente, cuando son los de Hamás quienes los están utilizando. Lo que dijo Sánchez fue muy grave.