coronación de carlos iii
La culpa es de Carlos
Desde que accedió al Trono, el nuevo Rey guarda un sorprendente silencio. Sin duda la mejor herencia de Isabel II
La coronación del Rey Carlos III, en imágenes
Todos los looks de los invitados a la coronación de Carlos III: ellos con uniforme y ellas con vestidos azules, rosas y amarillos
Fernando Rayón
No queda nada igual en el mundo. Ni siquiera algunas coronaciones tan milenarias como la de los emperadores de Japón. Los ingleses, tan originales en tantas cosas, saben recoger lo mejor de la liturgia y simbolismo cristiano europeo para vestir una ceremonia como nadie. ... Hasta los representantes de los países de la Commonwealth -las antiguas colonias inglesas- aceptaron su lugar diferente en esta puesta en escena. Y las iglesias no anglicanas -hasta ahora ausentes de la Corte de San James- desfilaron en procesión como si fueran los nuevos protagonistas del evento. Y todo gracias al nuevo Rey.
Carlos III, que fue un pésimo Príncipe de Gales, intrigando contra su madre; interfiriendo en la política con cartas y discursos contra ministros y primeros ministros; y dinamitando su vida privada y la de los que le rodeaban; ha demostrado ser un magnífico estratega.
Se dio cuenta de que los tiempos habían cambiado, y que la coronación no podía ser un acto familiar por mucha pompa y fanfarria que lo rodeara. Allí debían estar todos los mandatarios extranjeros que pudieran, Familias Reales incluidas. Aunque ya no sean Unión Europea, Carlos es consciente de los perjuicios que aquel referéndum del Brexit trajo a su país, crisis política incluida. También se quiso visualizar un crisol de razas y estilismos en la ceremonia pero, lo más notable, fue la presencia de mandatarios de todo el mundo y singularmente de Europa. Y las Familias Reales del Viejo Continente fueron la guinda.
Carlos III, ungido y entronizado en la primera coronación en siete décadas en Gran Bretaña
Ivannia SalazarUna ceremonia cargada de solemnidad y emoción, donde los Reyes Carlos y Camila siguieron una liturgia milenaria ante 2.000 invitados en la abadía de Westminster
Carlos se empeñó en llamar por teléfono a todos los soberanos para pedirles que asistieran. Los únicos que no cedieron fueron los de Japón que quizá aun no han digerido la bajada del autobús colectivo de sus Emperadores en los funerales de Isabel II. Pero mandaron a los Príncipes Herederos. Mejor le fue a Carlos III despachando con don Juan Carlos unos días antes para evitar su presencia. Y es que el protocolo inglés -siempre tan suyo- tampoco acierta siempre. Fue un error castigar a su hijo Harry a tercera fila. Era un día para perdonar.
Y un acierto: su silencio. Desde que accedió al Trono, el nuevo Rey guarda un sorprendente silencio. Sin duda la mejor herencia de Isabel II.
Fernando Rayón es escritor y periodista. Autor de varios libros sobre la Familia Real Española, entre ellos dos biografías de la reina doña Sofía, ha realizado numerosas entrevistas y reportajes en torno a las familias reales de Europa y ha acompañado a los miembros de la Familia Real Española en viajes oficiales y privados.
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